Myriam MANCISIDOR

Avilés superó en 2010 el nivel admisible de contaminación uno de cada tres días, según denuncia el Colectivo Ecologista de Avilés. Las cifras hablan por sí solas: el valor medio del contaminante PM10 (partículas en suspensión) fue de 50 microgramos por metro cúbico, cuando el límite vigente anual para la protección de la salud es de 40 microgramos. Pero los números van más allá, según el colectivo. El benceno también contamina Avilés. De ahí que los ecologistas hayan solicitado al Gobierno regional que investigue las razones por las que ha subido en un 39 por ciento el nivel del benceno en 2010 frente a los datos registrados el año anterior, cuando las baterías de coque de Arcelor-Mittal registraron más actividad.

En Avilés el nivel de benceno es el más alto de Asturias, de acuerdo a los datos facilitados por el Servicio de Calidad del Aire del Principado. En la estación de Llaranes -único medidor permanente en el concejo- se registraron en 2010 valores medios de 2,32 miligramos por metro cúbico cuando en Gijón el nivel de benceno alcanzó los 0,60 miligramos por metro cúbico y en Oviedo el 1,7. El valor límite establecidos por la legislación vigente es de cinco microgramos por metro cúbico, una cifra que a juzgar por los ecologistas se superó 56 días en 2010. «Destaca el valor medio del 28 de abril que fue de 17,66 microgramos por metro cúbico, tres veces por encima del límite», señala en su informe el Colectivo Ecologista de Avilés, que insta al Principado y al Ayuntamiento de Avilés a que «asuma sus responsabilidades y trabaje para que se reduzcan estos niveles elevados de contaminantes producidos por una industria consentida en funcionar en precario y un tráfico excesivo».

Pero, ¿qué es el benceno? El benceno (C6H6) es un hidrocarburo cíclico volátil que presenta alta reactividad con compuestos oxidantes. Químicamente es un líquido incoloro de aroma dulce que se evapora rápidamente en la atmósfera, con una solubilidad en agua bastante escasa. El benceno está clasificado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluso en dosis basas. «La exposición de larga duración a altos niveles de benceno en el aire puede producir leucemia, cáncer de colon...», explican.

Un trabajo con fecha de febrero de 2010, efectuado por Ana Fernández, analiza la exposición al dióxido de nitrógeno y benceno en un grupo de embarazadas del área sanitaria avilesina. El estudio constata que los niveles de benceno a los que estuvieron expuestas las embarazadas eran más altos que en Sabadell, Valencia y Guipúzcoa. El 5 por ciento de las mujeres analizadas sobrepasó durante el embarazo el valor límite anual, lo que supone para el feto un riesgo de desarrollar enfermedades en su etapa neonatal e infantil. Y es que la ciudad, debido al crecimiento industrial, se convirtió a mediados del siglo pasado en una trampa para la salud. En enero de 1981, Avilés fue declarada Zona de Atmósfera Contaminada, una etiqueta ya descatalogada, según dijo hace meses la viceconsejera de Medio Ambiente, «porque ha desaparecido esta figura administrativa y porque la ciudad ha experimentado un cambio radical en cuanto a la calidad del aire».

Para los ecologistas, la ciudad sigue estando en el mundo de mira medioambiental. La presencia de benceno en la atmósfera se debe principalmente a las emisiones producidas por la combustión incompleta de carbón y los derivados del petróleo así como por el almacenamiento y distribución de estos productos petrolíferos, vertederos, fabricación y utilización de disolventes orgánicos y manufactura de determinados productos químicos. «En Avilés la mayor fuente son las baterías de Arcelor», critica el Colectivo Ecologista de Avilés que lidera Fructuoso Pontigo, que ahora espera que el Gobierno regional investigue los niveles de benceno en la ciudad.