mara villamuza

La vegetación y los líquines han comenzado a poblar la fachada de la iglesia de los Padres Franciscanos, una de las joyas de la arquitectura avilesina, que sigue esperando una intervención integral. Ahora que la cabecera está limpia y libre de los edificios que la envolvían se hace más evidente la diferencia con la entrada del templo de origen románico, que se puede ver en la fotografía de la derecha.