La Autoridad Portuaria de Avilés es partidaria de llevar a cabo una actuación urbanística para mejorar la imagen que proyecta la bocana de la ría, en estos momentos presidida por un inmenso erial que, a juicio del presidente portuario, Manuel Docampo, «no es la mejor tarjeta de presentación de la ciudad para quienes llegan a ella por mar». La idea de los responsables del puerto avilesino es adecuar para usos lúdicos y terciarios la parcela delimitada por el canal de entrada a la ría, las instalaciones de la empresa Mefasa y el límite oriental de la playa de San Juan. Se trata de una finca propiedad del puerto de Avilés que mide aproximadamente 110.000 metros cuadrados y que carece de uso, si bien está adscrita al ámbito de actividades portuarias.

Manuel Docampo ya comunicó hace tiempo a Ángela Vallina, Alcaldesa de Castrillón y miembro del consejo de administración del Puerto, sus planes para la parcela, que se ubica en suelo castrillonense. La idea fue entonces bien acogida por el gobierno local de Castrillón llegando a perfilarse la posibilidad de reservar parte del terreno para abrir un museo naval al aire libre al que estaría vinculado un astillero de Logrezana (Carreño) que construye embarcaciones utilizando aluminio como materia prima y que estaba interesado en trasladar sus talleres a la ría avilesina. Pero aquel primer contacto no tuvo continuidad.

Docampo recupera ahora aquella idea primigenia, pero ampliándola. «Las posibilidades de aprovechamiento de esos terrenos baldíos son múltiples, ya tengan que ver con la hostelería, la naturaleza o el sector del ocio; incluso cabe la posibilidad de poner un pequeño hotel. Nuestro planteamiento, siempre a expensas de las conversaciones que tengamos con el Ayuntamiento de Castrillón, es convocar un concurso de ideas para tener material abundante con el que trabajar a la hora de definir los usos que juzguemos más idóneos para esa parcela».

El presidente del Puerto de Avilés hacer ver que la próxima inmersión de la ciudad en el sector de los cruceros turísticos -para 2012 está previsto el atraque frente al Niemeyer de los primeros barcos de este tipo- obliga a mejorar la imagen de la ría «empezando por el muelle de San Agustín, donde amarrarán los barcos, pero sin descuidar lugares tan emblemáticos como la bocana, el punto donde los visitantes tendrán su primer contacto con la ciudad».

En medios municipales de Castrillón se valora la idea de la Autoridad Portuaria y se muestra total disposición a entablar conversaciones para definir el proyecto. Desde la óptica del gobierno castrillonense, el propósito del Puerto de Avilés se ve como la excusa perfecta para propiciar una transformación más amplia del entorno de la playa de San Juan, empezando por la parcela propiedad del Ayuntamiento que hace años albergó un autocine y que hoy se utiliza como aparcamiento de temporada. Tampoco se descarta que Azsa, propietaria de terrenos en el lugar, tenga interés en participar de algún modo en una operación urbanística global que permita reordenar un área tan degradada como potencialmente interesante para usos recreativos.