Gijón, F. L. J.

«La preservación del medio marino es un tema en el que no sólo están involucradas las administraciones públicas, sino también la ciudadanía, la industria y todos los que disfrutamos y tenemos relación con el mar. La labor de un organismo público de investigación como el nuestro es investigar y dar a conocer lo que tenemos en nuestras costas y las interacciones y procesos que se están produciendo en ellas», comenta Javier Cristobo al respecto de la función del Centro Oceanográfico de Gijón que dirige desde el año pasado.

El planteamiento de los oceanógrafos es que «no se puede conservar o proteger algo que todavía no se conoce». En este sentido existe una serie de proyectos en marcha en el centro oceanográfico asturiano que según los responsables de la institución «serán básicos en el futuro como herramientas para la toma de decisiones». Son los siguientes.

l Indemares, que estudia los espacios marinos susceptibles de ser declarados áreas marinas protegidas, entre ellas el Cañón de Avilés.

l Ecoanchoa, cuyo objetivo principal es el estudio y control de la dinámica de las poblaciones de pequeños pelágicos (anchoa, sardina, jurel y caballa) en el Golfo de Vizcaya.

l Famoso, que tiene el objetivo principal de conocer el destino de la floración de invierno tardío-primavera temprana en la región de mar abierto en el Mediterráneo noroccidental.

l Imagina, sobre integracion de métodos de análisis de imagen de grupos planctónicos con técnicas de inteligencia artificial

l Lotofpel, sobre la variabilidad a largo plazo de peces pelágicos pequeños en el ecosistema de la plataforma del norte ibérico.

l Proyecto Radiales, que hace un control a largo plazo de las condiciones químico-biológicas en la plataforma continental asturiana. Se trata de una línea de investigación relacionada con el estudio del calentamiento del planeta.

l Proyecto MEECE, que estudia modelos predictivos en los ecosistemas marinos relacionados con el cambio climático.