Director general de publicaciones de la Conferencia Episcopal Española

Teresa CEMBRANOS

Jorge Juan Fernández Sangrador, director general de publicaciones de la Conferencia Episcopal Española, director de la BAC y consultor del Pontificio Consejo para la Cultura, ofreció ayer en Avilés la charla «La Biblia: el gran código de la humanidad» dentro de un ciclo organizado por la parroquia de Santo Tomás de Avilés. Sigue la iniciativa «El atrio de los gentiles», desarrollada por el Papa Benedicto XVI, con el fin de potenciar un lugar de encuentro entre creyentes y no creyentes.

-¿Qué es la Biblia?

-La Biblia es un lugar de encuentro de todas las culturas; el gran código de la cultura occidental. Es una referencia para creyentes, por ser un libro sagrado, pero también para no creyentes. La Biblia es un referente cultural y un espacio de encuentro.

-¿Qué importancia tiene como libro histórico?

-No es como otros libros, unitario, escrito en un momento concreto. La Biblia recoge las experiencias de muchos siglos de historia del pueblo de Israel. Alberga un gran cúmulo de vivencias, tradiciones, personajes... Y por eso es el libro más leído, no hay otro comparable.

-¿Es un compendio de historias y leyendas?

-Se puede ver como un libro de fe y como una obra literaria con mucha proyección por su largo proceso de elaboración y enraizamiento en la cultura occidental. La Biblia, además, recoge las vivencias de Israel pero también de pueblos del próximo Oriente, como Mesopotamia y Egipto. Es un libro capaz de asimilar un larguísimo periodo universal.

-¿Qué le parece la versión de que todo lo que cuenta la Biblia son historias inventadas?

-Eso se debe a posturas preconcebidas. Hay una postura cultural que no es contra la Biblia como libro histórico sino contra la iglesia y las confesiones religiosas. Son posiciones antirreligiosas. En ese sentido, es una opción a tener en cuenta. Por eso también la importancia del «Atrio de los gentiles» para dialogar entre creyentes y no creyentes. Lo mejor de todo es el diálogo abierto entre todas las partes.

-¿Aún se descubren detalles nuevos al revisar la Biblia?

-Cualquier obra literaria es una obra abierta porque el lector siempre aporta algo. No solo ofrece contenido, también aporta interpretación y enriquecimiento. Es una obra capaz de evocar y provocar. Además, el estudio de la Biblia propicia grandes avances científicos desde el punto de vista arqueológico, de manuscritos literarios... Por ejemplo, ahora se ha hallado en Jordania una referencia sobre un soporte material y también aparecen inscripciones.