Gijón,

Francisco L. JIMÉNEZ

Una de las misiones que tienen encomendada los biólogos del Instituto Oceanográfico de Gijón es la de calcular cuántos ejemplares hay en el mar de las especies de mayor interés pesquero, como la sardina, la anchoa, la merluza o la cigala, entre otras. Se trata de un trabajo que hacen en coordinación con sus colegas vascos, cántabros, gallegos, franceses y portugueses, pues los peces no saben de fronteras internacionales y mucho menos de límites autonómicos. Vienen a ser por tanto una especie de contables del mar y los resultados a los que llegan sirven para que las autoridades comunitarias tomen decisiones sobre el aumento. mantenimiento o reducción de los Totales Admisibles de Capturas (TAC) de cada especie, lo que tiene una traducción directa sobre las rentas de los pescadores: a más TAC, más capturas.

No obstante, esa ecuación lleva años operando a la inversa, los cupos menguan más en cada campaña y los pescadores están desquiciados. En ese clima enrarecido es frecuente que los biólogos se conviertan en la diana de las críticas del sector extractivo, que pone en duda la fiabilidad de sus «recuentos». A esto, los científicos como Enrique Nogueira, perteneciente a la plantilla del Instituto Oceanográfico de Gijón, replican que «nuestro trabajo se hace con todo el rigor que permiten los conocimientos y las técnicas disponibles». No obstante, los técnicos admiten que la biología marina aún no es una ciencia exacta «porque el mar es un medio cambiante y muy complejo». Estamos hablando de contar peces...

Enrique Nogueira, Rafael González-Quirós y los demás biólogos del oceanográfico gijonés tienen entre manos la próxima campaña de evaluación de la biomasa de sardina, un estudio que será determinante para el cálculo de los TAC del próximo año. Pero, ¿cómo se cuentan los peces? o, dicho de forma más apropiada, ¿cómo se estima el tonelaje de biomasa de una pesquería? Lo explica Enrique Nogueira: «La herramienta fundamental es la ecosonda, un aparato no muy diferente al que utilizan los buques pesqueros. La sonda envío pulsos de sonido que permiten, con ayuda de un programa informático, detectar los objetos presentes en el agua. Con ayuda de un catálogo de "ecos" -cada tipo de pez genera un rebote acústico diferente- determinamos qué especie y en qué cantidad tenemos debajo del casco del barco».

Nogueira prosigue con su explicación: «Posteriormente suelen hacerse pescas confirmatorias para tener una mayor seguridad de la identificación de especies realizada con los equipos electrónicos. Otro procedimiento estimativo es el que se basa en el recuento de la puesta de huevos. Y, en todo caso, también se tienen en cuenta los datos que facilitan los pescadores sobre desembarcos de capturas. Todo ese material es objeto de análisis para establecer conclusiones».

Tras años de recuento marino, los biólogos que trabajan en la Cornisa tienen fundadas opiniones sobre el estado de las principales pesquerías del Cantábrico.

La anchoa, cuya pesca estuvo prohibida durante cinco años debido a la caída de la biomasa por debajo del nivel límite, «está fuera de peligro, lo cual no quita que se mantengan unos criterios razonables de captura para evitar que se reproduzcan los problemas del pasado», según indican los biólogos del oceanográfico gijonés. La especie que ha registrado un declive más fuerte es la cigala, que pasó de registrar capturas anuales de hasta 400.000 toneladas a no superar las 30.000. «Otro stock muy tocado es el de bacaladilla, lo que obligó a la Unión Europea a reducir en un 93 por ciento los cupos de captura para este año», señala Enrique Nogueira. En cuanto a la merluza, la especie que proporciona más ingresos a los pescadores asturianos, los biólogos confirman que existe «abundancia» como consecuencia de sendas explosiones reproductoras acaecidas en los años 2004 y 2005. No obstante, invitan a la cautela: «El consejo, lejos de seguir aumentando los TAC a razón del 15 por ciento anual, es reducir la presión pesquera para cubrir la eventualidad de una mala campaña reproductora de la que no se está libre».