Profesor de las universidades de Colonia y Bremen

Félix VALLINA

El profesor alemán Hartmut Schneider, ingeniero de materiales, es toda una eminencia en el desarrollo de aplicaciones con base de mullita. Se ha pasado dieciocho años de su vida trabajando para el Gobierno de su país, dirigiendo un grupo de estudio destinado a la aplicación de este material en proyectos aeronáuticos y haciendo especial hincapié en el desarrollo de sistemas para la protección de los motores de aviones comerciales para reducir el consumo de combustibles y las emisiones a la atmósfera. Schneider es uno de los 35 expertos que se encuentra estos días en Avilés para tomar parte en el congreso internacional que se está celebrando en el Niemeyer.

-En este congreso se están poniendo por las nubes las propiedades de la mullita y sus aplicaciones, ¿pero dónde se ven reflejadas en el día a día?

-La mullita es un material muy importante que se aplica en muchísimos campos. Por ejemplo, se utiliza en los recubrimientos de los altos hornos para la producción del acero, en la industrial del automóvil, en la aeronáutica, e incluso como sustrato estable contra el ataque bacteriano, es decir, en los lugares donde hay mucha gente, como en estadios o estaciones de transporte público, ya se están colocando recubrimientos basados en este material para evitar contagios. La lista de aplicaciones es muy grande.

-En las naves espaciales también se utiliza mullita, ¿son más seguras gracias al uso de este material?

-Pues sí, las naves son más seguras gracias a la mullita. El material sirve para proteger las piezas de carbono, que se oxidan con gran facilidad cuando entran en el espacio, y eso ha servido para avanzar en seguridad. Los sistemas basados en fibras de mullita son muy resistentes al choque térmico y son más estables que otros materiales que se utilizaban antes, la nueva generación de naves espaciales será más segura.

-¿Cree que los gobiernos invierten en el desarrollo de estos materiales lo que realmente se merecen?

-Hay países que están invirtiendo, como Alemania, Inglaterra, Estados Unidos o Francia, aunque menos, pero en Europa todavía queda mucho por hacer. Por ejemplo, la compañía Rolls-Royce, que tiene la práctica totalidad de los motores de los aviones comerciales europeos, ha invertido el año pasado, sólo en Alemania, 50 millones de euros en investigaciones para reducir las emisiones y el consumo de combustible de los aviones. Con el tiempo los gobiernos no tendrán más remedio que invertir más dinero en este área, ahora lo hacen más en otras.

-¿Ve la producción de mullita como un negocio de futuro?

-Por supuesto, se trata de un material con muchísima amplitud de miras de cara al futuro. Después de muchos años de estudios ya se ha conseguido que esté presente en muchos campos y dentro de unos años todavía lo estará más.

-¿Cree que saldrá algo nuevo de este congreso en Avilés?

-Siempre es interesante compartir estudios y experiencias con los mejores expertos del mundo, siempre hay cosas nuevas en este tipo de encuentros.