Director del Museo Picasso de Málaga

Saúl FERNÁNDEZ

José Lebrero Stals (Barcelona, 1954) es el actual director del Museo Picasso de Málaga, la sede del legado de Paul, Christine y Bernard Ruiz-Picasso. Lebrero contesta por teléfono a las preguntas de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, dentro de la serie iniciada para conocer las inquietudes y los proyectos que tienen entre manos los gerentes de los principales espacios culturales de España, un selecto grupo al que ahora aspira a unirse el Niemeyer.

-El que usted dirige es el sexto museo dedicado a la obra de Picasso...

-¿Acaso es una cuestión de números?

-No le sigo.

-Digo que quizá haya seis museos sobre Picasso en Europa, pero no podemos olvidar los de Japón. La pregunta creo que debería ir por el lugar que custodia las obras más destacadas del pintor, no sé. Si esto fuera así podríamos decir que el MOMA de Nueva York está entre los más destacados... y no es un museo Picasso. Si lo cuantitativo es lo significativo deberemos decir que el malagueño es el pintor que tiene más obra y, en consecuencia, más museos. Pero atender al pintor desde este punto de vista relativizaría el trabajo: Picasso es el pintor más completo del siglo XX. Comenzó a los nueve años y acabó su obra a los noventa. Su grado de producción es increíble. Se trata de un pintor muy especial, tanto por la cantidad como por la calidad de su obra. De ahí que haya tantas colecciones, tantos museos.

-El Museo Picasso nació del deseo personal del propio artista.

-Llevo un año y medio en la dirección de esta institución. En torno a Picasso hay mucha literatura. No tengo tan claro que el pintor quisiera un museo sobre su obra aquí, en Málaga. No he leído ningún documento donde esto quede patente. Lo que sí está claro es que Picasso nunca rompió su relación con la ciudad. Christine Ruiz-Picasso me lo ha contado en varias ocasiones. En todo caso, este museo es el ejemplo de la tenacidad de los herederos de Picasso para que la ciudad de Málaga pudiera contar con un museo de este estilo.

-Una institución pequeña...

-El Museo Picasso Málaga es de tamaño medio. En una encuesta estaba el cuarto en popularidad, por detrás del Prado, el Thyssen y el Guggenheim, los tres mucho mayores que el nuestro, pero eso es muy interesante para una ciudad como Málaga, que no es una gran metrópoli. Pienso que estamos muy cerca de la ciudad. Apenas contamos con nueve años, pero desde entonces, desde la inauguración, se ha revalorizado el casco histórico de Málaga, ha contribuido a cambiar la centralidad de la ciudad. Y eso es simbólico.

-¿La cultura es monopolio de las administraciones públicas?

-Es una cosa que sucede de unos años para acá. En 1975 apenas había centros culturales en España. Por entonces es cuando nacen algunos museos de Bellas Artes. Lo que le quiero decir es que la cultura museística española es muy reciente, tenga en cuenta que el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid es de 1975. Desde entonces, sí, la cultura se ha desarrollado de la mano de las administraciones, pero no podemos olvidar ejemplos como el Chillida-Leku, que acaba de ser cerrado, o el centro José Guerrero, que parece que empieza a superar su crisis. O la Fundación Tàpies, que ya salió adelante. Lo fundamental es la presencia de la sociedad civil, incluidos los medios de comunicación. Para facilitar esto sería fundamental que se aprobara pronto una ley de mecenazgo.

-Un deseo largamente ambicionado.

-Hay indicios de que se aprobará. Son muy deseables en España modelos mixtos de gestión. La inversión pública que se aprovecha posteriormente de manera privada no me parece bien. No es el caso del Museo Picasso Málaga, que es una institución que nace del deseo de la familia del pintor y del acuerdo con la Junta de Andalucía. Unos pusieron los cuadros y la otra, el edificio.

-¿Es moralmente aceptable que un coleccionista tenga en su casa patrimonio pictórico de la importancia del de Pablo Picasso?

-Son cosas del sistema capitalista. Los propietarios forjan su patrimonio en función del dinero que posean. Celebro que muchos de estos propietarios pongan a disposición del público aquello que poseen. En el Museo Picasso tenemos expuestas algunas obras cuyos dueños piensan que deben ser disfrutadas por el público en general. Es de alabar que un museo como este pueda tener un espacio para exhibiciones privadas.

-¿La cultura es cosa de exquisitos?

-La cultura es más un derecho que un bien.