Escritor y policía, presentó ayer su primera novela

Saúl FERNÁNDEZ

Manuel Álvarez-Xagó (Avilés, 1978) presentó ayer su primera novela: «La sonrisa del vencido» (La esfera de los libros, 2011), una historia que comienza con un sms y un cadáver encontrado sobre la cama de un hotel de relumbrón. Álvarez-Xagó, que es nuevo en la literatura, se licenció en Derecho en la Universidad de Castilla-La Mancha. Trabaja como oficial de la Policía Nacional en la provincia de Alicante y como asesor jurídico de la Confederación Sindical de la Policía.

-Xagó, Xagó...

-Es que mi familia es del pueblo de San Juan de Nieva.

-¿A este lado de la ría?

-No, del poblado de allá. Mi famlia es marinera de siempre.

-Y por eso juntó su apellido al nombre de la playa.

-Durante mucho tiempo viví muy cerca de Xagó y ahora me pasa lo contrario. Como siento un poco de nostalgia decidí dejar una pincelada de mi tierra en mi propio apellido.

-Ha tardado en debutar.

-La afición por la literatura me viene de lejos. Siempre digo que leí todos los libros, menos los del colegio. Hasta que consideré que había leído lo suficiente no me decidí pasar al otro lado.

-Y le salió «La sonrisa del vencido», una novela negra.

-Un drama realista más bien, la realidad es verdaderamente dramática. Hay un crimen y dos policías, pero no son héroes de nada.

-En todo caso, una muerte y un policía que escribe.

-Parte de esta historia tiene que ver con mi trabajo y no he necesitado documentarme porque ya lo sé, porque lo vivo todos los días. «La sonrisa del vencido» es una ficción que está basada en la realidad.

-Y siendo nuevo publica en una gran editorial.

-No tengo contactos editoriales. Envié a La esfera de los libros una sinopsis y una muestra de escritura y me pidieron que les mandara todo el manuscrito.

-¿Y cómo recibió a propuesta?

-Con sorpresa. La primera reacción fue: ¿dónde está la cámara oculta?

-¿Cuál es la idea que generó esta novela?

-No hubo una revelación. Vas construyendo el relato en función de las cosas que podían suceder en verdad.

-Alguna habría.

-Es que no sé cómo decírsela sin revelar nada de la historia. Quizás las comunicaciones impersonales: los emails, los sms.

-Hay dos tipos de novelas negras: las que buscan al autor del cadáver y las que prefieren explicar el panorama en el que descubren al muerto.

-«La sonrisa del vencido» no va por ninguna de estas dos vertientes. Destapo muy pronto las cartas que debían estar ocultas hasta el final, no sé, el criminal. Lo que pretendo es que el lector se ponga en la piel de los personajes. No se trata de contar qué es lo que ocurre, si no el reflejo de ello en los protagonistas.

-¿A quién prefiere, a Dashiell Hammet o Agatha Christie?

-No leo novela negra.

-¿Por alguna razón?

-Nunca me dio por ahí.

-¿Y qué lectura le ha marcado?

-«Historia de dos ciudades».