Hace ahora un mes, los distintos grupos políticos pregonaban por las calles de la comarca sus políticas de protección medioambiental. Eran días de arañar votos al contrincante, de promesas y de retos orientados a un mandato que acaba de comenzar. Entonces propusieron medidas de ahorro energético, un mayor control de la contaminación en Avilés y más carriles bici y zonas verdes para la mejora del medio ambiente. Distintas organizaciones -Mavea, el colectivo ecologista de Avilés, el grupo de espeleología Diañu Burlón, Entorno Documentales, el grupo «Scout Caph» de Llaranes y La Foz del Pielgu de Corvera- han unido ahora sus voces para recordar al gobierno local entrante que las políticas medioambientales deben ser una prioridad.

El problema más acuciante en Avilés es disminuir los índices de contaminación que, a juicio de los ecologistas, irán a peor si se ejecuta el proyecto de la incineradora de Cogersa. En los últimos años los vecinos denunciaron periódicamente la «precaria situación» de baterías de coque, los problemas de polvo derivados de actividades portuarias, los olores y gases tóxicos de distintas empresas, los continuos vertidos aceitosos a la ría o el crecimiento de partículas en suspensión en el centro de la ciudad.

«Parece que no sirven de mucho los estudios científicos recientes que sitúan Avilés a la cabeza de la lista de los lugares con más afectación por cáncer y por problemas respiratorios. Parece que tampoco sirven de mucho las protestas vecinales por las nubes tóxicas en la zona de San Juan de Nieva. Pero si estos asuntos no comienzan a tomarse en serios, los problemas de salud de la población seguirán creciendo», aseguran distintas voces críticas. Su propuesta: la creación de un consejo comarcal de medioambiente para poder tratar conjuntamente por todos los concejos el problema de la contaminación. Dicho consejo ya existió hace una década.

Ligado a la contaminación y a la salud, distintas agrupaciones de Avilés urgen la promoción del uso de la bicicleta especialmente en los concejos de Avilés, Gozón y Corvera. No estaría de más, esgrimen, que los municipios de la comarca se aliaran para la creación de una red conjunta de rutas cicloturistas y una trama urbana de carriles bici que conectaran los principales núcleos de población. «Desde la mancomunidad turística se ha empezado a potenciar el turismo de naturaleza, lo cual se vería muy beneficiado de dichas rutas cicloturistas», sentencian. Asimismo, reivindican la construcción de un centro de acogida de animales. «Parece que la solución llegará de mano de otro Ayuntamiento que no tiene la obligación, pero que demuestra bastante más sensibilidad», aseguran.

Los naturalistas de la comarca, según ha podido saber este diario, piden también actuaciones relacionadas con la protección real de hábitats y especies protegidas. «El Ayuntamiento de Avilés pasará a la historia por permitir que en el siglo XXI se sigan destruyendo espacios naturales en la ría (la Autoridad Portuaria está construyendo muelles sobre las marismas de Recastrón)», dicen los ecologistas, que recuerdan que distintas normativas comunitarias protegen este tipo de enclaves naturales. «También hemos visto que se ha dado totalmente la espalda al monumento natural de la charca de Zeluán y la ensenada de Llodero, un joya natural que sobrevive casi de milagro en la ría avilesina, un lugar de interés ornitológico internacional al que no se le presta atención desde hace años», subrayan. «Siendo esto así, la solicitud que hemos hecho veinte entidades para la recuperación de las marismas de Maqua se hace ya irrenunciable», recalcan.

Otros espacios naturales dignos de proteger son, según las mismas voces, el complejo dunar de El Espartal (Castrillón) y el paisaje protegido del Cabo Peñas (Gozón). También urgen mayor mimo para El Escañoiro (Corvera), que en 2002 a punto estuvo de entrar en la red regional de espacios protegidos. El proyecto quedó en el olvido y el cañón de El Escañoiro, uno de los pocos lugares donde reside el halcón peregrino, se quedó sin protección. «El paisaje de toda la comarca mantiene una línea de degradación con aumento de zonas urbanizadas, más eucaliptales (excepto en Illas, donde se han prohibido nuevas plantaciones), pérdida de campiñas y de masas boscosas autóctonas», critican.

Los naturalistas piden también más cuidado en la gestión de las canteras y más actividades de promoción y educación ambiental desde la Administración pública. Y otro tema candente que a su modo de ver precisa revisión es la «Agenda 21» de Avilés, un documento de buenas prácticas sostenibles que a juicio de los ecologistas debería causar sonrojo a sus autores. «Este texto es un plan estratégico municipal basado en la integración de las políticas ambientales resumido en doce puntos, pero del 1 al 4 y el 7, ¿qué encaje tienen con la ampliación portuaria y con que la ría se convierta en un canal?», se preguntan, haciendo alusión a distintos epígrafes sobre el uso eficiente y racional de los recursos naturales.

En este sentido manifiestan, además, que no estaría de más que los ayuntamientos de la comarca siguieran el ejemplo de Illas y se prohibieran o restringieran las plantaciones de eucaliptos. «Es totalmente necesario que se apliquen políticas de recuperación de los bosques existentes y de desarrollo de nuevas manchas forestales autóctonas», puntualizan. En lo que a limpieza se refiere, las distintas organizaciones de la comarca que han aunado sus voces para reivindicar mejoras medioambientales en el presente mandato, proponen que se diferencie el acondicionamiento del casco histórico de Avilés de la correcta limpieza de los viales en las zonas rurales.

«Las carreteras locales y los caminos vecinales tienen a menudo problemas para el tránsito de los vehículos y de las personas debido a la falta de mantenimiento de la limpieza en los bordes de las mismas», concluyen representantes de Mavea, el colectivo ecologista de Avilés, el grupo de espeleología Diañu Burlón, Entorno Documentales, el grupo «Scout Caph» de Llaranes y La Foz del Pielgu de Corvera, que si bien valoran el trabajo realizado por los políticos en los últimos cuatro años aseguran que entre las actuaciones realizadas en materia medioambiental «hubo muchas más para corregir que para mantener».