E. CAMPO

Los problemas de espacio en la plaza de Hermanos Orbón son noticia una semana más. Lunes sí y lunes también, coincidiendo con el día de mercado, la zona de venta de los productos agrarios se convierte en un punto caliente donde siempre hay alguien que se queda sin sitio para vender. Sesenta de estas aldeanas, representadas por Javier Hevia López, presentaron ayer por registro una solicitud en la que reclaman a la Alcaldesa y a los portavoces de los partidos de la oposición que busquen una solución para este problema. «El colectivo tiene gran malestar por la continua dejadez del gobierno», indica Hevia en el escrito, y además solicita permiso para dirigirse a los concejales en el Pleno.

Los agentes de la Policía tuvieron ayer que desalojar los puestos instalados en las entradas, amenazando incluso con llevarse la mercancía si no la retiraban sus propietarios. Una de las que más se resistieron fue María de los Ángeles del Valle, de Santiago de Ambiedes, quien finalmente encontró un hueco en el interior de Hermanos Orbón. «Esto es un problema. Todos los lunes tenemos este telar, aquí hay un descontrol total y nadie quiere saber nada», protestó. Entre las afrentas que enumera cuenta el caso de una señora de Verdicio que tuvo que volver para casa con su saco de arbeyos, sin poder vender. Como solución propone que las dejen vender en la calle La Cámara o aledaños.

La sociedad que gestiona la plaza, Sociedad Mercado de Avilés, delimitó un espacio para las vendedoras y ahora está a la espera de que el Ayuntamiento resuelva las alegaciones sobre la modificación de la ordenanza municipal en la que se establece como exigencia para poder vender en la plaza el estar dado de alta en el régimen agrario. Las vendedoras lo rechazan. La Alcaldesa, por su parte, informó ayer a Javier Hevia de que modificar una ordenanza lleva su tiempo.

En el meollo del problema hay varias cuestiones que tomar en consideración. Por una está, tal y como señala Hevia, la cesión de la plaza Hermanos Orbón al municipio para permitir la venta de productos de las huertas. Por otra, la picaresca que lleva a algunas vendedoras a confundir al comprador y ofrecerle mercancía que, en realidad, no es de cosecha propia, sino que procede del supermercado. También está el debate de cuánto espacio puede ocupar cada una, ya que las hay que extienden las cajas todo lo que pueden. Antes de que se remodelara la plaza, había espacio para ellas no sólo bajo los soportales, sino también en el interior del edificio, a ambos lados del pasillo central. Y durante las obras, en Las Meanas, no hubo problemas de espacio. Desde hace dos meses, la lucha es diaria.