La Granda (Gozón),

Félix VALLINA

La electricidad producida en las centrales de ciclo combinado es fundamental para el futuro energético español, aunque los responsables políticos deben establecer condiciones más favorables para que las empresas del sector no se lleven a otros países proyectos totalmente necesarios para garantizar el suministro en años venideros. Al menos, esa es la opinión de Conrado Navarro, director adjunto de desarrollo de Iberdrola, que ayer estuvo en La Granda para ofrecer la ponencia «El gas en la generación eléctrica: presente y futuro». «Las centrales de ciclo combinado que existen en este país son modernas, pero se están utilizando por debajo de sus posibilidades y eso genera muchos costes. Tienen capacidad para funcionar 5.500 horas al año y actualmente lo están haciendo sólo durante 2.500 a causa de tres razones principales: el desbordamiento del plan de energías renovables, que se están primando en demasía, los decretos para la utilización prioritaria del carbón y la caída de la demanda a causa de la crisis», explicó Navarro.

El ponente admitió que los ciclos combinados traen consigo emisiones de dióxido de carbono -eso sí, la mitad de las generadas por el carbón- pero también se mostró convencido de que serán «un complemento ideal» para las alternativas energéticas que, en su opinión, serán claves en el futuro: la hidráulica y la nuclear. Navarro destacó las ventajas de las centrales de ciclo combinado en una región en la que llegaron a plantearse hasta doce proyectos. En la actualidad sólo están operativas dos de esas centrales, las de HC Energía en Soto de Ribera. Varias promotoras ya han anunciado su renuncia a sus planes, como la irlandesa ESBI en Corvera, Endesa en La Pereda, Gensa, que promovió una en Trubia; e Iberdrola, que renunció a la construcción de la proyectada para Lada (Langreo). Además, están en suspenso los dos ciclos previstos por HC en El Musel.

Conrado Navarro considera que España está bien posicionada para dar el salto al incipiente mercado gasístico. En su opinión, el sector está viviendo un fuerte desarrollo y el país tiene infraestructuras muy avanzadas para recibir gas desde los países productores (Golfo Pérsico, Guinea Ecuatorial, norte de África...). «Tenemos más regasificadoras que la gran mayoría de los países de Europa y estamos suficientemente preparados», señaló. Navarro hizo un inciso para destacar la importancia de la regasificadora que se está construyendo en El Musel desde el año 2009. La planta de Gijón será la séptima de las existentes en España y la decimoquinta de Europa. En el mundo hay 60 instalaciones de ese tipo. Esta planta, que reconvertirá en estado gaseoso el gas natural que llegará licuado a El Musel en buques metaneros, dará empleo, una vez que esté operativa, a unos 120 trabajadores.