F. L. JIMÉNEZ

La reiteración de los malos indicadores en materia de contaminación atmosférica en Avilés -avalados ayer mismo con datos hechos públicos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- y la falta de acciones locales concretas para corregir esta situación llevan al Colectivo Ecologista de Avilés a acusar al Ayuntamiento de «desidia» en el cumplimiento de sus obligaciones ambientales y a pedir tanto el amparo del Principado como una reacción de la ciudadanía para «acabar con una lacra que está poniendo en riesgo la salud de todos».

La OMS divulgó los resultados de un exhaustivo análisis sobre la calidad del aire realizado en 1.100 ciudades de 91 países y si bien Avilés no figura en esa relación, los ecologistas comparan los datos locales con los del estudio y se echan las manos en la cabeza. Cuatro de las estaciones de control de la contaminación que funcionan en Avilés (situadas en Llaranes, la calle de Llano Ponte, el matadero de Las Arobias y la plaza de La Guitarra) midieron durante 2010 niveles de partículas contaminantes en suspensión (PM10) que están muy por encima de las recomendaciones de la OMS, incluso en tres de los casos duplican los niveles considerados admisibles. La concentración media de PM10 en los alrededores del matadero es de 50 microgramos por metro cúbico cuando el máximo que fija la OMS es de 20 microgramos por metro cúbico. En la estación de Llano Ponte la medición refleja una concentración de 48 microgramos por metro cúbico, que son 39 en las inmediaciones de la plaza de La Guitarra y 37 en Llaranes.

Fructuoso Pontigo, portavoz del Colectivo Ecologista de Avilés, reseña que el equipo de gobierno de la ciudad «es el mismo desde hace años y viene renunciando sistemáticamente a ejercer las competencias municipales en materia de contaminación -un tema que ni les va ni les viene-, por lo que nada nos hace pensar que en este mandato vaya a ser diferente; ya que el Ayuntamiento se ha borrado de esta lucha, solo nos queda la esperanza de que intervenga el Principado o que la ciudadanía despierte y reclame el derecho a respirar aire de calidad. Es nuestra salud lo que está en juego».