Félix VALLINA

El «Capitán Marvel», un personaje de cómic creado por la firma DC, es el alter ego del joven Billy Batson, que se convertía en el mortal más poderoso del mundo al pronunciar el nombre del mago Shazam. El avilesino Marcelo Campanal se transformaba en una máquina en cuanto se enfundaba la camiseta del Sevilla y por el barrio de Nervión se le conoce -aplicando una traducción castiza del original- como el «Capitán Maravillas», un superhéroe del sevillismo que será elevado a los altares del club el próximo 22 de noviembre. Campanal recibirá de manos del actual presidente hispalense, José María del Nido, la selecta distinción del «Dorsal de leyenda», un honor que sólo comparten otros dos futbolistas históricos del Sevilla: Juan Arza, recientemente fallecido, y José María Busto. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no permite retirar los dorsales, como ocurre con los grandes de la NBA, pero a partir de ahora aquellos que luzcan el «5» de Campanal sabrán que cargan a la espalda con la herencia de un mito.

En la ceremonia, que tendrá lugar en el Sánchez Pizjuán, estarán presentes el presidente de la RFEF, Ángel María Villar y la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, así como antiguos compañeros, la plana mayor de la directiva del Sevilla y representantes políticos andaluces. Y es que Campanal, también apodado «El huracán de Avilés», se lo ha ganado con creces. Jugó 16 años en el Sevilla, disputando 403 partidos oficiales en Primera División, y dos en el Deportivo de la Coruña (uno de ellos es Segunda, aunque fueron campeones y lograron el ascenso). Además, puede presumir de haber sido el primer capitán de la selección española con pasaporte asturiano -fue 11 veces internacional con «La Roja» en una época en la que se disputaban muchos menos partidos- y de haber compartido vestuario en infinidad de ocasiones con futbolistas de la talla de Di Stefano, Gento o Kubala. «Al año de retirarme, a los 37, todavía jugué una fase de ascenso a Segunda con el Avilés. Me ficharon por una peseta, pero no pudimos subir», recuerda.

Los que le vieron jugar aseguran que era un central con un físico inigualable, un defensa de los de antes, un jovencísimo capitán que pronto se convirtió en un referente para su equipo y para la selección. Fue uno de los protagonistas de la célebre «batalla de Estambul», el encuentro de vuelta que el combinado español jugó contra Turquía en una eliminatoria que daba el pase al Mundial de Suiza 1954. España ganó en casa y en Estambul se encontró con una auténtica encerrona en la que Campanal se encumbró como héroe, por ser de los pocos que plantó cara a los locales. Ganó Turquía y el desempate se disputó en Roma, con empate a dos goles, decidiéndose el pase por un sorteo que benefició a los otomanos. Sin embargo, pese a la eliminación, Marcelo Campanal forjó en aquel cruce su leyenda de jugador imbatible, imagen viva de la tan recurrida furia española. «Fue el partido más bronco de la historia, nos dieron a muerte y yo, por supuesto me puse a su altura y me defendí», señaló.

Campanal fue un central duro, pero noble, algo que prueba su historial, pues en su carrera sólo fue expulsado en dos ocasiones y cometió dos penaltis. No obstante, es el único español que ha estado en la cárcel por un incidente en un partido. Fue contra el Oporto en Portugal. A un compañero suyo le rompieron la nariz en una trifulca y él saltó a defenderlo. A partir de ahí se desencadenó un episodio difícil de asimilar en los tiempos que corren: «Al primero le di un mazazo y lo desmayé. Después todo el equipo contrario se fue a por mí y me quedé sólo junto al córner, me vi acorralado, cogí el banderín y tiré a otros cinco futbolistas a palazos», recordó. Eso, además de dos días a la sombra, le costó un juicio e indemnizar a los futbolistas del equipo contrario.

Pero Campanal no destacó sólo en el fútbol. Al tiempo que jugaba en Primera División, era capaz de registrar marcas de récord en atletismo. «Hacía los 100 metros en 10,8 segundos (igualando al récord de España de la época), saltaba 7,5 metros en longitud, 15 en triple salto, 1,83 en altura, 12,5 en peso... Siempre me pregunto que hubiera pasado si me hubiese dedicado al atletismo», explicó. No en vano, a sus 79 años todavía sigue haciendo deporte y en su currículum, entre otros muchos logros, cuenta con tres campeonatos de Asturias absolutos de tenis por parejas, es subcampeón de Asturias y León individual y varias veces de veteranos. Además tiene 67 títulos de campeón de España y 258 de Asturias en diferentes modalidades de atletismo y fue el primer avilesino en participar en el Descenso del Sella, donde acabó en el puesto 13 en el año 1953. Fiel a su espíritu luchador, Campanal todavía se sigue marcando metas: «Dentro de poco cumplo 80 años, entro en otra categoría de veteranos de atletismo y tengo marcas para batir cinco récords de España», subrayó.