No sólo la barrera ferroviaria estrangula la conexión entre el casco urbano de Avilés y la ría; el tráfico de la carretera nacional 633 -parte de cuyo trazado discurre por la avenida del Conde de Guadalhorce- constituye otro obstáculo de consideración, como ponen de manifiesto los últimos datos conocidos de intensidad media de circulación por esa vía: 18.005 vehículos diarios, según los cálculos referidos a 2011 y contenidos en el estudio informativo del proyecto de construcción de la ronda norte.

La cifra está en línea con la que los especialistas en tráfico manejan para recomendar el desdoblamiento de una carretera, y que se mueve en una horquilla delimitada por 17.000-18.000 vehículos diarios. Además, las previsiones a futuro no plantean una disminución del tráfico, antes al contrario se estima que en 2020 usarán la carretera de la ría 20.185 vehículos diarios, un porcentaje considerable de los mismos de gran tonelaje.

Sólo una carretera del concejo, la variante de la N-632, soporta una densidad de tráfico mayor que la carretera de la ría. La ronda de circunvalación avilesina tiene a día de hoy una intensidad media diaria de vehículos de 24.000, que serán 26.906 en el año 2020 si antes no se construye la ronda norte, en cuyo caso, y siempre según las estimaciones de los redactores de dicho proyecto, serán entre 25.975 y 30.352 vehículos, dependiendo de cual fuese la alternativa de trazado escogida.

La práctica inviabilidad técnica de desdoblar el trazado de la carretera de la ría es uno de los factores que aconseja acometer la obra de la ronda norte (también llamada ronda portuaria). No obstante, las alternativas presentadas por los técnicos han cosechado críticas generalizadas, a excepción de la que propone construir la ronda norte cruzando por debajo del cauce de la ría. Claro que esa idea es la más compleja técnicamente y también la más costosa en términos económicos.