Francisco L. JIMÉNEZ

El sector de las energías renovables en España, dependiente en grado sumo de los vaivenes políticos, de marcos regulatorios cambiantes y de la cuantía de las ayudas económicas concedidas para su desarrollo, no es apto para cardíacos. Y precisamente es en esa alocada «montaña rusa» en la que un joven empresario avilesino, Javier Fernández-Font Pérez, ha decidido subirse con la esperanza puesta en hacer de su firma, Alusin Solar, un referente nacional en la fabricación y montaje de soportes para paneles fotovoltaicos. Los primeros pasos de la empresa, que inició su andadura en julio de 2010 en La Curtidora, invitan al optimismo, según el gerente: «Tenemos trabajo apalabrado para todo 2012 y hace unos meses alcanzamos una punta de trabajadores en plantilla de 34 personas con motivo del montaje de un parque solar en Totana (Murcia). No podemos quejarnos».

Alusin Solar es fiel heredera de los principios que inspiran a la empresa matriz a la que debe la mitad de su nombre: Alusin, radicada en el polígono corverano de Rovés y regentada por el padre de Javier Fernández-Font. Es decir, utiliza el aluminio como materia prima y cree en que es posible llegar a los mercados más exigentes desde Asturias. De momento, su horizonte acaba en los Pirineos, pero el salto a Europa no es descartable. «Estuvimos a punto de empezar a trabajar para Italia, pero en el último momento pensamos que era demasiado arriesgado el desembolso económico a realizar -hablamos de más de 60.000 euros- y preferimos centrarnos en fortalecer nuestras bases en España. A partir de 2013, ya veremos», relata Fernández-Font.

El año 2008 marcó un punto de inflexión para el sector fotovoltaico español, y no precisamente favorable: el Consejo de Ministros aprobó un nuevo real decreto más riguroso sobre retribución de la actividad de producción de energía eléctrica mediante tecnología solar fotovoltaica. Traducido: el Estado limitó la hasta entonces imparable expansión del parque solar español. ¿Cómo es posible que con semejante coyuntura adversa, y en plena crisis, un empresario avilesino decidiera apostar por ese sector. «Si te dedicas a buscar excusas para no dar un paso al frente, acabas metido en casa viendo la tele. Yo decidí ver las oportunidades antes que los inconvenientes», responde Fernández-Font.

El Gobierno de Rodríguez Zapatero decidió intervenir en el sector de la energía solar porque el mismo, a base de subvenciones, había superado ampliamente las previsiones de crecimiento. En concreto, el objetivo fijado para 2010 de alcanzar 371 megavatios fotovoltaicos ya fue conseguido en agosto de 2007, y se estimaba que la potencia instalada al final de 2008 quintuplicaría la potencia objetivo de 2010. Por tanto, el exministro Miguel Sebastián juzgó necesario establecer un nuevo objetivo a más largo plazo y un nuevo marco jurídico que permitiese dar continuidad al éxito conseguido por este sector en España. Con ese fin se aprobó un real decreto que permitirá alcanzar unos 10.000 megavatios instalados en 2020. Asimismo, se dio un impulso importante a las instalaciones sobre tejado frente a las grandes plantas sobre suelo (huertos solares), por sus mayores beneficios económicos y medioambientales.

Alusin Solar no desprecia contratos para montar parques solares sobre el terreno, pero su verdadera especialidad son las instalaciones sobre tejado. Es decir, la empresa hizo bueno el proverbio de «hacer de la necesidad virtud» y ya que el Gobierno había acotado las reglas del juego limitando la potencia anual a instalar volcó sus esfuerzos en el campo que iba a dar más juego: los paneles solares sobre cubiertas. Por lo pronto, Alusin tiene registrados dos tipos de estructuras pensadas para ser montadas en tejados: una plana y otra para placas inclinadas. La primera ha sido bautizada como modelo «Gulpiyuri» y la segunda responde al nombre de «Bulnes»; los guiños al terruño asturiano son obvios.

Fernández-Font asegura estar expectante por el cambio de Gobierno, ya que, una vez más, el futuro del sector de las energías renovables pasa por las decisiones que tome el Ministro de Industria de turno. Su temor, como el del resto de industriales que viven de la energía solar, es que el lobby eléctrico español haga valer sus argumentos sobre el mix eléctrico nacional, y en esa fórmula el sol no es el que sale mejor parado: «La construcción de parque solares -pese los muchos puestos de trabajo que genera- no requiere de cuantiosas inversiones y además, dada su gran atomización, es imposible que alguien domine el sector del modo que hacen las eléctricas, por ejemplo, con la energía eólica. Es decir, que para Iberdrola, Endesa y compañía este sector es más que nada un competidor indeseado; de ahí las zancadillas que nos ponen».

El resultado de los límites fijados por el Gobierno a la expansión de la energía solar es la existencia de una lista de espera de tres años en la concesión de permisos para montar parques fotovoltaicos sobre el suelo y otra lista de un año para instalaciones sobre cubierta. En caso de que el próximo Gobierno del PP acuerde una desregularización del sector, el sol brillará radiante para las empresas que como Alusin Solar gozan de una posición de privilegio para atender la demanda de nuevos parques fotovoltaicos. «Durante 2012 montaremos una huerta solar de 2 megavatios (10.000 paneles) en Huelva y una estructura sobre cubierta de 1,2 megavatios (6.000 paneles) en Navarra. Y mientras, esperaremos acontecimientos», comenta con resignación el empresario.