Saúl FERNÁNDEZ

El inicio de la negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) en las factorías de Avilés y La Coruña de la multinacional Alcoa está pendiente de la elección de los representantes sindicales en la misma. El director de la planta de San Balandrán se reunió ayer a mediodía con una representación del comité de empresa para conocer el nombre de los componentes de la mesa de negociación. Los representantes sindicales le comunicaron que el número y el nombre de los negociadores está pendiente de la elección de sus colegas por el plenario del comité de la fábrica de La Coruña (previsto para hoy sábado).

El anuncio del recorte de 90.000 toneladas de aluminio primario en las fábricas de Avilés y La Coruña lleva consigo la negociación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que debe ser aprobado por el director general de Trabajo del Ministerio de Empleo porque afecta a dos centros de trabajo ubicados en dos comunidades autónomas. Los representantes de las centrales consideran que, dada la gravedad de la orden emitida el lunes pasado en Nueva York, la negociación tiene que hacerse de manera única, es decir, una sola mesa en la que se discutirán los detalles de una medida que afecta casi por igual a las plantas de aluminio primario de Avilés y La Coruña.

El fabricante estadounidense de aluminio Alcoa, al día siguiente de dar la orden de recortar la producción de aluminio primario, anunció los beneficios del año 2011: 611 millones de dólares (481 millones de euros). Esto representa una mejora del 140,5 por ciento respecto al ejercicio anterior. La cotización de las acciones reaccionó favorablemente a la noticia de los beneficios y los títulos de Alcoa llegaron a subir de precio hasta un 1,5 por ciento en determinados momentos de la sesión bursátil del pasado martes.

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y Aluminum Company of America (Alcoa) acordaron a comienzos de 1997 la compra de la Industria Española del Aluminio (Inespal) por parte de la empresa estadounidense. La empresa pública, heredera, a su vez, de la Empresa Nacional de Aluminio (Endasa), había contactado con la compañía canadiense Alcan, operación que finalmente no prosperó.