S. F. / T. C.

Los sindicatos de Alcoa aceptarán el expediente de regulación de empleo (ERE) «sólo si la empresa garantiza el futuro de las plantas». Así se manifestaron ayer los representantes de UGT y de la Asociación de Profesional de Cuadros (APC) consultados por este periódico. «Lo importante no es cuánto dejamos de producir, lo crucial es saber qué va a pasar después», aseguró Daniel Cuartas, de UGT.

La compañía propuso el jueves a los trabajadores una regulación de 150 personas en Avilés y 210 en La Coruña; un ERE de «un año como máximo» y con un 75 por ciento de sueldo bruto, es decir, sin bonificación por parte de la compañía. Los representantes sindicales explicaron que la propuesta «puede cambiar, depende de cómo se desarrolle la negociación», comentó Juan Ramón Méndez, del sindicato APC. «Por el momento, no ha habido negociación; lo que ha habido ha sido una presentación de una propuesta», añadió Méndez.

La compañía comunicó el jueves a los representantes de los trabajadores que pretende reducir un 50 por ciento la producción de aluminio primario de las plantas de Avilés y La Coruña. Para conseguir este objetivo 150 personas que sirven en Avilés tienen que ir al paro temporalmente y 250 más de La Coruña. «Lo que tenemos que hacer la semana es reunirnos para establecer el protocolo para la parada de las cubas afectadas», explicó Cuartas.

Lo que tocará a Avilés será cerrar la mitad de la línea 2 y dejar la producción de la línea 3 al 25 por ciento. ¿Por qué? Alcoa organiza su producción por medio de dos líneas de cubas electrolíticas (recipientes a los que se aplican electrodos y que tienen una capacidad de 10 toneladas). La línea 2 tiene 145 cubas, mientras que la línea 3 tiene una menos. Hace un par de años la empresa redujo un 20 por ciento la producción de las cubas de Avilés. La reducción de entonces (en plena crisis) se repartió entre las fábricas de Avilés, de La Coruña y San Ciprián (Lugo). La tijera no ha tocado en esta ocasión a las fábricas de La Mariña lucense porque la dirección de la compañía considera que es más barato producir en Lugo que hacerlo en sus otras dos fábricas. «No son plantas iguales: el proceso electrolítico es distinto», apuntó Cuartas.

El comité europeo de Alcoa se reunió ayer para conocer el estado de la crisis abierta por la dirección mundial de la compañía el pasado día 9. El comité europeo lo preside José Luis Combarro (UGT). El encuentro continental se explica porque la tijera de los recortes afecta «a más de una planta que, además, están en más de un país». Alcoa ordenó el cierre de la planta de Portovesne, en Italia puesto que el gasto de producción era el más alto del continente, a juicio de la multinacional.

Por otro lado, el Pleno de Avilés aprobó ayer una proposición para instar tanto al Gobierno del Principado como al Gobierno de España a buscar soluciones que permitan alcanzar tarifas energéticas competitivas para las grandes empresas, como Alcoa, Asturiana de Zinc (Azsa) o Arcelor-Mittal, «de tal forma que incida en una mejor posición de mercado de las grandes empresas instaladas en nuestra comarca y al mantenimiento de la actividad y el empleo en estos momentos de especiales dificultades económicas y financieras».

El diputado nacional Enrique Álvarez Sostres, por otro lado, presentó varias preguntas parlamentarias al ministro de Industria, José Manuel Soria, con el fin de conocer los planes del gobierno ante el final del pacto energético: a finales de este mismo año.

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