Jefe de cirugía general del Hospital San Agustín

Myriam MANCISIDOR

José Ignacio Jorge Barreiro (Santiago de Compostela, 1951) estudió la carrera de Medicina en Galicia. Sabía bien a qué se enfrentaba: su padre y tres de sus nueve hermanos también son facultativos. Dejó su tierra natal para ejercer como especialista en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, donde pasó cinco años antes de asentarse en el San Agustín allá por 1979. «Venía del que, quizá, es el mejor centro de España de la Seguridad Social y encontré un hospital nuevo que estaba en formación y creciendo», explica, y agrega: «Por eso, después de 32 años en Avilés, puedo decir que he visto crecer y desarrollar este hospital». En el San Agustín, el Jorge Barreiro está como en casa. Hasta sonríe cuando algunos pacientes lo llamaban «doctor Lubina», por su afición a la pesca que practica habitualmente en Gozón.

-¿Qué avances destaca del San Agustín?

-Este hospital ha cambiado mucho y para mejor. Todos los que conocemos otros centros sabemos lo mucho y bien que se trabaja en Avilés y no solo gracias a los médicos: aquí hay un maravilloso equipo que cumple con sus funciones, a veces más difíciles que las de un especialista, a la perfección. El San Agustín es un buen hospital y como ejemplo puedo decir que mi hermano gemelo vino a operarse aquí. Esto demuestra la confianza y seguridad que nos da a los propios profesionales.

-Cirugía está continuamente modernizándose...

-Cuando empezamos aquí prácticamente no existía la cirugía laparoscópica y las suturas mecánicas o las prótesis para pared abdominal también eran escasas. Hoy en día este hospital ha desarrollado mucho esa cirugía: somos referencia a nivel mundial y, de hecho, estamos realizando un trabajo con ocho hospitales europeos y ocho americanos sobre cirugía de pared abdominal que es la más frecuente que hay en los hospitales españoles. De España, el único centro que participa es el San Agustín. En cuanto a cirugía laparoscópica se puede decir que el 90 por ciento de la cirugía ya se opera así. También el 30 por ciento de la cirugía de cáncer colorrectal se hace por laparoscopia.

-¿Qué le gustaría llevar al quirófano

-Normalmente se escucha decir a los gerentes que defienden la mejora continua de la calidad. Nosotros pensamos que lo primero que hay que hacer es cuantificar y valorar todo lo que hacemos, es decir, saber si trabajamos lo mejor que podemos. Luego hay que desarrollar nuevas técnicas quirúrgicas para avanzar. Ahora, por ejemplo, estamos con un estudio para la prevención de las hernias parastomales en los pacientes que llevan una colostomia definitiva (bolsa). El 50 por ciento de estos pacientes desarrollan una hernia.

-¿En qué quedó el proyecto de ofrecer cirugía oncoplástica a mujeres con cáncer de mama?

-El cáncer de mama es el más frecuente en el área después del tumor colorrectal. Los cirujanos del San Agustín estamos formándonos para practicar cirugía oncoplástica ya que aspiramos a colocar prótesis mamarias a pacientes mastectomizadas. Esto ya lo hablamos con el anterior consejero de Salud (José Ramón Quirós) y ahora estamos pendientes de la autorización por parte del nuevo Gobierno regional. Se trata de darles a los enfermos mayor calidad de vida desde el momento que saben su diagnóstico de cáncer de mama.

-¿Cuántos pacientes con cáncer pasan por los quirófanos del San Agustín?

-Los cánceres de colon y mama superan los doscientos casos al año. Por eso nosotros tenemos que hacerlo cada vez mejor: estos pacientes necesitan además de una cirugía correcta, unas técnicas avanzadas para evitar que tengan que pasar varias veces por el quirófano para solucionar su problema oncológico.

-¿El Servicio de Salud del Principado escucha sus peticiones?

-La dirección del San Agustín ha llegado hace relativamente poco tiempo y el Sespa estaba hasta ahora más pendiente del presupuesto. Estamos pendientes de que nos llame nuestra director médica, que nos parece una excelente profesional, para retomar ciertos temas pendientes como el que comentaba del cáncer de mama.

-¿Cómo ve el futuro de la sanidad?

-Lo veo preocupante por el nivel de recursos materiales y económicos que tenemos. Si sigue así pues se acabarán esos recursos y puede que se produzcan diferencias importantes entre comunidades autónomas en cuanto a medios para tratar ciertas enfermedades.

-¿Qué me dice de la posición de Asturias en el mapa sanitario nacional?

-En Asturias se ofrece una excelente calidad asistencial media. El problema que tenemos desde hace años es que hay que invertir en recursos materiales, en innovación: que nadie piense que la cirugía y los nuevos tratamientos se hacen con una varita mágica. Para hacer cirugía avanzada hay que tener esos medios, que a la larga salen rentables. Asturias tiene una excelente sanidad pero tiene que innovar más si quiere ser puntera. Y la responsabilidad la tienen las autoridades políticas y también la tenemos nosotros, los profesionales, que debemos luchar para conseguir esos medios.

-¿Y del San Agustín?

-Espero que en un futuro a este hospital se le den los medios que merece. Espero también que el nuevo Gobierno que salga de las elecciones tenga en cuenta el trabajo que hacemos.

-Es crítico con los políticos...

-Ahora no hay noticias de nada y muchas son para deshacer, no para aunar. Me gustaría que la clase política se uniese para intentar solucionar los problemas que tenemos en Asturias. Soy de los que piensa, como muchísimos españoles, que no nos merecemos los políticos que tenemos, no hemos sido tan malos para esto. Pueden mirar a Alemania donde dos partidos mayoritarios se han unido para sacar al país adelante. Esto puede ser aplicable a otros países u otras autonomías como Asturias, esta preciosa tierra que necesita que la saquen del atolladero en el que está. Esto si lo pido a ver si nos lo traen los Reyes Magos.

-¿Nos dirigimos hacia la privatización del sistema sanitario?

-Creo que no, pero estoy seguro que algo habrá que aportar para mantener este nivel de medicina. Es decir, creo que se necesitan más recursos y que esos recursos van a salir como siempre de nuestro bolsillo.

-El San Agustín cerró 2011 con una lista de espera de 61 días. ¿Que balance hace del servicio de Cirugía?

-Terminamos el año aceptablemente bien. Cumplimos todo lo que nos exigía el Sespa y sin hacer ninguna «peonada». En estos momentos que no hay recursos hay que ser cada vez más eficientes con lo que tenemos sin olvidar que los sueldos son el capítulo de gasto más importante de un hospital, por eso aquí hay que intentar hacer lo máximo posible en horario de mañana y no tratar de enviar o derivar pacientes a otros sitios porque esos pacientes también cuestan dinero.

-¿Se puede mejorar?

-Siempre se puede mejorar. Si dijera lo contrario sería un necio. El 90 por ciento de los pacientes que se tratan en el servicio marcha satisfecho, la atención está personalizada y la gente lo agradece. Somos 15 cirujanos, un buen número.

-¿Alguna reivindicación?

-Necesitamos algún quirófano más y de un tamaño aceptable. Los quirófanos que tenemos son ya pequeños porque hoy en día se usa mucha maquinaria y en el futuro habrá que remodelar el área quirúrgica.

-¿Cuál ha sido para usted el momento más emotivo en el centro?

-Recuerdo a una enferma que se llamaba Rosa y que dejó una carta escrita que se titulaba «Al doctor Jorge desde el cielo». Esa carta, preciosa, me dejó marcado. Era una paciente con cáncer que sabía que iba a morir y escribía todo lo que pensaba...

-En 32 años en Avilés debe archivar anécdotas...

-Muchas... Una vez me llamaron para que atendiera a una paciente llamada María, en Gozón. Fui hasta allí y la familia me llevó hasta una cuadra mientras me decía que María apenas comía, que estaba muy mal... Yo pensaba, madre mía, tan enferma y en una cuadra. María era una vaca y me habían confundido con el veterinario llamado Jorge. Marché de aquella casa con unos huevos que me regalaron por la confusión.