Myriam MANCISIDOR

Anselmo Valle participó por primera vez en el Descenso de Galiana allá por 1996 con un tabla que trajo a mano y caminando desde el faro de San Juan. Años más tarde hizo su primer artilugio con la ayuda de su abuelo, que falleció días antes de que se celebrase el Antroxu. De ahí que cada año por Carnaval este avilesino rinda un homenaje muy particular al «patriarca» del clan. Valle forma parte de una «peña familiar» que responde, como no podía ser de otra manera, por «Abuelo Anselmón».

Todos o la mayoría de los que surcan las aguas de Galiana con esta cuadrilla tienen lazos de sangre: tíos, primos, sobrinos, madrinas... «Cada año se incorpora más gente y se da la curiosidad, por ejemplo, de que mi tío, que vive en Bélgica, viene cada año a Avilés para celebrar el Carnaval», explica Susana González, el brazo derecho de Valle. Ambos, pareja, no entienden el Antroxu sin artilugio y espuma. Se confiesan adictos a esta fiesta que viven con nervios, ilusión y, sobre todo, con «mucha formalidad». Prueba de ello, aseguran, es que sus carrozas son «cero-cero», sin alcohol.

A los del «Abuelo Anselmón» les gusta la expectación del Descenso de Galiana, aunque tienen un cable de la luz cruzado. «En 2007 por culpa de este cable degollamos al genio de la carroza», recuerdan entre risas. Y es que ni cortos ni perezosos sacaron el «botiquín» de emergencias para reparar al cabezudo con colas y demás productos. Peña previsora vale por dos. «La verdad es que siempre nos pasa algo. El año pasado bajamos el Descenso sin ruedas pero nadie se dio cuenta. En 2010 nos fallaron los generadores y la peña "Los Gambiteros" nos ayudó a solucionar el problema», aseguran.

Precisamente lo que más les gusta del Descenso de Galiana es el compañerismo entre peñas, de las que han aprendido lo suficiente como para elaborar artilugios de premio. Los miembros de «La Pecera» les enseñaron a hacer estructuras de hierro y otros antroxeros les dieron las claves para hacer «joyas» con cartón o poliespán. Así llevan ya un primer premio -en 2006, que coincidió con su reinado de Reyes del Goxu y la Faba-, varios terceros, un cuarto y un especial: a la mejor tripulación. «Nosotros procuramos reunirnos todo el año con los miembros de otras peñas: el Antroxu y sobre todo el Descenso de Galiana es nuestra fiesta», puntualizan.

Los integrantes de la peña «Abuelo Anselmón», no obstante, centraban su atención en surcar las aguas de Galiana hasta que fueron nombrados Reyes. Entonces, reconocen, conocieron otros actos festivos ligados al Antroxu que ahora procuran no perderse como el pistoletazo de las fiestas en el barrio de Llaranes. También participan siempre en el Desfile de Carnaval, un pasacalles de artilugios disfrazados que las peñas utilizan para lucir sus trabajos sin el temor a «atropellar» a algún antroxero de esos que se zambullen en espuma.

Este año la pena «Abuelo Anselmón» elabora a toda máquina su carroza en la nave cedida por Festejos para los «manitas». Prevén instalar altavoces, máquinas de humo... El tema del artilugio estará ligado al tema del Carnaval: hippies olímpicos, pero de esto no se puede avanzar nada más. Lo que ya han avanzado Susana González y Anselmo Valle es que tienen en mente ceder a su hijo Samuel, de tres años, la pasión por el Antroxu avilesino. Este año y por segunda vez ya participará en el Desfile. Atentos: se aproximan así nuevas generaciones.