Jefe del servicio de Bioquímica Clínica del San Agustín

Myriam MANCISIDOR

-Describa el trabajo del bioquímico

-Somos la gente que aplica los conocimientos básicos de fisiología y bioquímica al diagnóstico clínico, es la definición estándar.

-Para que lo entienda mi abuela...

-Somos los que hacemos los análisis. Otro tema es que luego esos análisis se entiendan o no: estudiamos hormonas, genes, alteraciones moleculares...

Rafael Venta Obaya es desde 2005 el responsable del servicio de Bioquímica Clínica del Hospital San Agustín, aunque lleva ya 26 años estudiando las analíticas que se realizan a los pacientes del área sanitaria avilesina. Por el laboratorio pasan cada día cientos de muestras, seis de cada diez procedentes de los centros de salud. Estudió Farmacia en Santiago de Compostela (Galicia) y tras sopesar varias opciones eligió la especialidad de bioquímica, una ciencia en la que se apoyan los facultativos para dar diagnósticos precisos y tratamientos acertados. Con Venta Obaya trabaja un equipo formado por 34 personas entre facultativos, residentes, enfermería, técnicos, administrativos... El laboratorio está abierto 24 horas al día.

-¿Cómo es la vida en un laboratorio?

-Como decía antes, lo que la gente llama analíticas es un trabajo complejo que en la práctica se divide en varios laboratorios dentro del hospital: hematología, que es donde estudian las células de la sangre y enfermedades propias de ellos como, por ejemplo, leucemias; microbiología, que es donde se estudian infecciones, virus y bacterias y bioquímica, que es donde analizamos todo el metabolismo, las hormonas...

-De acuerdo a los resultados de los análisis, ¿qué salud tienen los pacientes del área avilesina?

-No hay grandes diferencias con el resto de Asturias. Nosotros cubrimos tanto a pacientes ingresados como urgencias, consultas y personas del área que se pinchan en sus centros de salud, de donde nos derivan las muestras. Hablando de salud podemos decir que observamos las enfermedades crónicas habituales de población envejecida: diabetes, hipercolesterolemia...

-¿Está aumentado la prevalencia de enfermedades como, por ejemplo, alergias?

-Sí es cierto que cada vez hacemos más pruebas de alergias en niños, pero también en adultos y llegado el caso aquí se diagnostican. El médico inicialmente tiene unos síntomas y unas pruebas para diagnosticar estas alergias pero a veces las confirma en base a pruebas que hacemos aquí en sangre.

-¿Cree que el abuso de fármacos está empeorando nuestra salud?

-Nuestra relación con Farmacia es indirecta aunque de nosotros depende que se mantengan ciertos tratamientos mientras están alteradas ciertas pruebas. En mi opinión creo que hay un exceso de utilización de medicamentos y que la sociedad, por lo tanto, está medicalizada. Esto repercute sobre todo en la gente mayor a la que es muy frecuente encontrarla polimedicada.

-¿En el laboratorio del Hospital San Agustín trabajan con células madre?

-No, aquí no trabajamos con células madre. Sí hay hospitales de mayor tamaño que lo hacen.

-El catedrático de Patología Médica Segovia de Arana afirmó en el curso de salud de La Granda de 2011 que en 30 años habrá cura para la enfermedad de Alzheimer, ¿qué opina?

-Creo que es una afirmación un poco optimista, pero ojalá sea así. Por lo que yo sé estamos muy lejos de conocer qué es lo que desencadena el Alzheimer porque, entre otras cosas, el diagnóstico es tardío: cuando los síntomas son muy aparentes tal vez la enfermedad lleva años desarrollándose. Hoy en día aún no tenemos pruebas de laboratorio buenas, las hay pero se hacen cuando se sabe que el paciente ya tiene los síntomas de Alzheimer.

-A finales de los años ochenta hubo un «boom» de pruebas de laboratorio para estudiar los genes...

-Así es, es lo que se llama biología molecular. Inicialmente se estudió de forma general hasta que se secuenció todo el genoma y ahora estamos viviendo el post estudio de este genoma. Esto está repartiéndose ahora en estudiar, por ejemplo, enfermedades inmunológicas desde el punto de vista de los genes para justificar o no ciertas enfermedades.

-¿En qué investigaciones están metidos ahora en el servicio de Bioquímica?

-En lo que podemos, cosas pequeñas. Ahora mismo no tenemos ningún proyecto financiado, pero seguimos con trabajos ya empezados. Estamos estudiando en colaboración con la Fundación Deportiva Municipal los factores de riesgo cardiovascular y estamos viendo cómo la actividad física puntual o regular afecta a factores de riesgo cardiovascular como el colesterol. Por otro lado tenemos una cosa que es muy técnica, difícil de explicar: estudiar la variabilidad biológica de las magnitudes de laboratorio. Esto nos da mucha información para interpretar ciertos cambios en los resultados de los pacientes: si sabemos que un individuo sano varía un 5 por ciento de su punto de equilibrio de glucosa, por ejemplo, sabemos que en un paciente enfermo cualquier cambio distinto a ese es que se lo está produciendo la enfermedad. Todo esto es muy interesante a la hora de interpretar los resultados clínicos.

-Estamos en época de gripe... ¿Repercute esta enfermedad en el laboratorio?

-Nos toca de rebote, aunque nos aumenta mucho el trabajo porque en muchos pacientes, sobre todo en ancianos, genera descompensaciones.

-¿Qué me dice de los marcadores tumorales?

-El seguimiento de los marcadores tumorales genera mucho trabajo sobre todo en el seguimiento de los pacientes con cáncer para conocer si ha habido una recidiva (reaparición de un tumor maligno) o no. Estos marcadores se asocian a determinados tipos de tumores, son muchos y muy diferentes: uno muy conocido es el PSA para el cáncer de próstata.

-En el servicio de Bioquímica, ¿todo es exacto?

-Así es y prueba de ello es que un tercio del trabajo se basa en el control de calidad de los resultados. Todos los días y constantemente se revisa que trabajemos dentro de unos límites que tenemos acordados. Somos un servicio que apenas se conoce, se piensa que los análisis salen de la nada, pero detrás de cada resultado hay un grupo de personas dedicado exclusivamente a esto. Y el 70 por ciento de las decisiones clínicas están basadas en pruebas de laboratorio.

-¿La crisis también ha entrado al laboratorio?

-Sí, ahora hay más presión para ser más eficientes con más demanda y el mismo dinero. Cada vez debemos trabajar, además, con menos gente y hay más problemas para cubrir sustituciones. La crisis nos afecta como a todos. No obstante hemos tenido suerte porque justo antes de la crisis, en 2007, renovamos todo el laboratorio. Ahora si pidiéramos lo mismo nos dirían que esperáramos indefinidamente.