Myriam MANCISIDOR

Manuel Gómez, Ana Álvarez, Ángel Manuel Álvarez y Teresa Barco son sólo algunos de los más de veinte afectados por el «pinchazo» con el parque empresarial Principado de Asturias, un tramo de carretera de poco más de un kilómetro de longitud que debe conectar la autopista «Y» con la margen derecha de la ría. El malestar reinante entre los vecinos les llevó ayer a celebrar una asamblea en la que dieron a conocer sus quejas y presentaron propuestas como pedir que se prorrogue el periodo de alegaciones a la modificación del plan urbano, que termina el viernes día 24. Las reclamaciones de los afectados, aunque distintas, tienen un denominador común: el impago, por el momento, de los terrenos expropiados en 2008.

«Las obras están paralizadas, la expropiación está hecha y la administración autonómica es la titular del terreno, pero nosotros no hemos recibido ni un euro por ese suelo para el que no hay, ni siquiera, tasación definitiva», explicaron los afectados por la construcción del acceso al polígono de la ría de Avilés, personas a título particular y también empresarios de dicho complejo industrial. El «pinchazo» pasa por terrenos de La Reguera a Bustiello, Llaranes Viejo y La Marzaniella. Los vecinos afectados incidieron ayer en la visita del viceconsejero de Infraestructuras, Juan Vega, y el portavoz de FAC en Avilés, Pablo Sánchez Lorda, antes de la última Navidad al Pozón. «Entonces se comprometieron a pagarnos, pero aún estamos esperando por el dinero», dijeron los afectados, que tímidamente hablan de «pelotazo» al hacer alusión al próximo cambio de clasificación del suelo, que pasa de tener calificación de «interés paisajístico» a «servicio general viario». Las alegaciones son, precisamente, contrarias a este modificado del plan urbano del Ayuntamiento de Avilés.

Los vecinos, entre tanto, van sumando quejas que, puestas en común, aumentan el malestar general. «A nosotros nos tiraron un garaje y la obra sigue muerta de risa», sentencia Teresa Barco. «A nosotros nos hicieron un tramo de acera en la finca y ahí quedó la obra», agrega Ángel Manuel Álvarez. Ahora los vecinos están unidos. Prevén pedir así una reunión con el gobierno local «para que explique mejor el proyecto». La asociación «El Camín» es el colectivo que pone voz a las reivindicaciones.