El 11 por ciento de las viviendas avilesinas está ocupado en régimen de alquiler, según los datos que maneja la Fundación San Martín. Así, de 36.000 pisos, aproximadamente 4.000 están ocupados por arrendatarios. El porcentaje de alquileres en España es exactamente el mismo, del 11 por ciento, frente a una media europea del 25 por ciento que sube en países como Alemania hasta llegar al 57 por ciento.

Estos datos muestran la escasa incidencia que tiene todavía en España, y en Avilés, los arrendamientos de vivienda, y más teniendo en cuenta que en la ciudad hay más pisos vacíos que alquilados. En el municipio se estima la existencia de unas 5.000 casas sin habitar (el dato es del INE, del año 2001, y podría haber aumentado desde entonces ya que existen más de 6.000 domicilios en los que no se consume agua).

Sumando las ayudas concedidas por el Ayuntamiento, el Principado y la renta de emancipación, durante el año 2011 más de 1.300 viviendas avilesinas han percibido ayudas al alquiler, por un valor total de más de 3 millones de euros y una media de 192 euros al mes por vivienda. Si a eso se añade que existen cerca de 500 familias en vivienda pública de alquiler, resulta un total de 1.800 viviendas que cuentan con algún tipo de subvención en Avilés. «La mitad de las personas que viven de alquiler tiene ayudas. Y aún así el alquiler no tiene empuje», reconoce el gerente de la Fundación San Martín, Fermín Bravo, que confía que el programa municipal «Avilés Alquila», que acaba de ponerse en marcha, venga a favorecer este mercado que permanece aletargado en la ciudad.

El perfil del demandante de vivienda de alquiler sigue siendo en gran parte el de personas jóvenes que aún no tienen su vida estabilizada. Pero además, según indica Bravo, también están aumentando las familias monoparentales, sobre todo mujeres con hijos a su cargo, e inmigrantes. La peculiaridad del caso avilesino en lo que se refiere al parque de vivienda es que tiene un porcentaje de pisos públicos superior a la media, que además se gestiona de forma coordinada entre Ayuntamiento, Principado y Ministerio de Vivienda.

«Si nos damos cuenta, la ley de propiedad horizontal es bastante moderna. Antes en las ciudades la mayoría de la gente vivía de alquiler y todavía hoy muchos de los edificios céntricos de las ciudades pertenecen a unas pocas familias», explica Bravo. La tendencia cambió con el desarrollismo industrial. «Avilés en ese sentido es paradójica, se implantaron grandes industrias con una responsabilidad social que a veces ahora exigimos: hacían las urbanizaciones para los obreros, que vivían de alquiler». Cuando ese patrimonio pasó a ser propiedad del Estado, comenzó su venta. «Con el boom urbanístico de las décadas de los sesenta y setenta, era más fácil invertir en vivienda. Ya tenías tu vivienda particular y podías conseguir una segunda para luego revender», añade el gerente. Esta práctica, unida al alto precio de los pisos de alquiler, explica en gran parte la arraigada costumbre de comprar piso.

Desde 2007, en que se puso en marcha por primera vez la concejalía de Vivienda, existe en Avilés una ventanilla única en la que confluyen las administraciones central, regional y local, y conocer así mejor la demanda de residencia y las posibilidades. Sin embargo el alquiler sigue siendo una asignatura pendiente. De ahí que la Fundación San Martín se haya puesto ahora manos a la obra para impulsar el mercado y facilitar que las viviendas vacías entren en el circuito de la renta. «Ya desde 2008 vimos que, con la crisis, la única vivienda que se construye es prácticamente toda de protección, y que incluso esta se iba a quedar sin vender, como ocurrió en Roces, en Gijón», explicó Bravo. El residencial de La Magdalena, cuyo suelo está reservado a este tipo de pisos, está construido a medias.