S. F. / V. M.

Las puertas del patronato de la Fundación del Niemeyer están abiertas. Algunos de los representantes privados sopesan dejar el órgano rector que hasta mediados de diciembre se encargó de gestionar el complejo cultural de la ría. La posible marcha de los socios privados estaría motivada, según pudo saber este periódico, por la actitud beligerante de dos de los patronos públicos: el Puerto de Avilés y el Principado de Asturias. En repetidas ocasiones, tanto los representantes de la autoridad portuaria como los del gobierno de la región se han manifestado proclives a disolver la fundación que, en la actualidad, preside Manolo Díaz. El despacho de abogados Garrigues, por ejemplo, sopesa -por segunda vez- dejar de apoyar a la fundación. Esta posición se explicaría por la marcha de Natalio Grueso al Ayuntamiento de Madrid. Y es que Grueso habría actuado como pegamento de los miembros del patronato.

El PP solicitó el aplazamiento de la reunión del patronato cuando el presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, convocó las elecciones. Adujeron entonces que una reunión en el período en funciones no podría resolver los problemas abiertos en la fundación. Este aplazamiento finalmente se llevó a cabo: la cita, para después de las elecciones. Sin embargo, la razón última de ese aplazamiento, según ha sabido este periódico, se debe al deseo de los gestores del Niemeyer de evitar la marcha de los privados o, por lo menos, posponerla. Esa marcha certificaría la muerte de la fundación.

Los patronos de la Fundación del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer son el Ministerio de Cultura, el Principado, el Ayuntamiento de Avilés, la Autoridad Portuaria, la Fundación Oscar Niemeyer, Cajastur, Asturiana de Zinc, el bufete de Antonio Garrigues, el Grupo Daniel Alonso, así como Enrique Iglesias, Oscar Niemeyer y Vicente Álvarez-Areces, expresidente del Principado y patrono de honor. Todos ellos habían sido convocados por Emilio Marcos Vallaure a comienzos de septiembre, abriéndose entonces la espita del otoño políticamente más caliente de la comarca.