Teresa CEMBRANOS

El área residencial de La Magdalena funciona a medio gas. Desde que se abrió el plazo para comprar parcelas en el área urbanizable, hace ya más de tres años, sólo se han conseguido vender terrenos en los que ya se construyen unas 400 viviendas, el 42,1 por ciento de las 949 previstas, de las que serán protegidas 885. Todas las licencias para levantar esos inmuebles, ocho en total, se concedieron en 2010. El pasado año ningún promotor solicitó permiso para edificar en la zona. Y por lo que parece, será difícil que se mueva ese mercado en 2012 debido a la importante crisis económica que sufre el país.

«La gente está tan desanimada que no se atreve ni a construir. Los bancos ya no dan créditos ni a los promotores, por lo que sólo se pueden poner a trabajar en la construcción aquellos que cuentan con dinero propio y no necesitan de terceros. Y los posibles interesados tampoco cuentan con las ayudas necesarias para poder adquirir una vivienda», aseguró Manuel Campelo, uno de los constructores con operaciones en La Magdalena.

El promotor avilesino entregó el pasado mes de enero las primeras 80 viviendas de protección oficial de La Magdalena y tiene previsto dar las llaves a los propietarios de otros 39 pisos en unos tres o cuatro meses. Además, a finales de año comenzará a levantar otro bloque de 40 viviendas de protección, también en el área urbanizable avilesina.

Las previsiones halagüeñas que tenían los responsables municipales cuando comenzó a construirse en La Magdalena se han roto. A principios de 2010, el entonces concejal de Urbanismo de Avilés, José Alfredo Iñarrea, estimó que los promotores privados iban a construir unas 225 viviendas protegidas al año en el área residencial. Así se podría atender la demanda de ese tipo de inmuebles. Pero la crisis lo ha trastocado todo. Sólo se cumplieron las expectativas en 2010, tanto de construcción como económicas para el Ayuntamiento por la concesión de licencias urbanísticas en la zona. Todo hace indicar que hasta que no escampe el temporal, el sector no levantará cabeza. En Avilés, el pasado año apenas se dieron seis permisos para construir, un 62,5 por ciento menos que en 2010.

Que las cosas no andan bien en el sector de la construcción lo demuestran los expedientes de regulación de empleo (ERE) que están aplicando algunas empresas. Es el caso de Construcciones Campelo, que ha tenido que regular temporalmente a seis de sus empleados como consecuencia de la falta de trabajo. «Es la primera vez en cincuenta años que tengo que hacer un expediente de regulación; no sabía ni cómo rellenar los papeles», reconoció Manuel Campelo.

El constructor avilesino confía en que en un breve plazo de tiempo el Ayuntamiento de Avilés le dé el visto bueno a una permuta para poder iniciar una nueva promoción de viviendas, en este caso destinadas al alquiler, en la calle Dolores Ibárruri, en Avilés.