Teresa CEMBRANOS

En los centros asturianos la convivencia entre alumnos, profesores y progenitores es buena y, aunque existen problemas, sus niveles no son alarmantes. Así se extrae del estudio «Evaluación de la convivencia escolar en los centros educativos de Asturias», realizado por la Consejería de Educación en colaboración con el departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, y que se presentó ayer en el Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Avilés. Los tipos de violencia más habituales entre el alumnado son la disrupción en el aula (no atender al profesor, molestar hablando, estar inquieto en el aula,...) y las agresiones físicas bromeando. La violencia verbal también ocupa un lugar destacado. Lo que apenas tiene incidencia es la coacción o intimidación a través del teléfono móvil o internet.

David Álvarez, profesor de la Universidad y coordinador del proyecto, explicó que existen diferencias, en tipo de violencia, entre chicos y chicas. Así, los primeros perciben «más violencia física», mientras que las alumnas notan más violencia verbal, «sobre todo la que se produce a las espaldas».

«Las chicas perciben más disrupción en el aula. Un factor que nosotros hemos considerado relevante es el rendimiento académico y los alumnos con mayor rendimiento perciben más molestias en el aula y las chicas tienen mayor rendimiento académico», explicó el profesor universitario. Álvarez criticó la existencia de estudios poco rigurosos a nivel nacional que exponían, por ejemplo, que el 75 por ciento de los alumnos padecen «bullying». «Eso es imposible», aseveró.

En el estudio, realizado con encuestas a más de 3.000 alumnos de tercer ciclo de Primaria y de Educación Secundaria Obligatoria, casi 400 profesores y más de 1.600 familias, se extrae, además, que las familias ven que hay buena relación entre los profesores de los centros y valoran la comunicación con los docentes a través del futuro.

La evaluación también valora el tipo de medidas que cada centro adopta para la prevención de la violencia escolar. En ese sentido, David Álvarez explicó que hay diferentes técnicas de control de comportamiento en el aula aunque también hay que tener en cuenta lo que sucede fuera. «El problema es que no sólo está lo que se haga dentro del centro escolar, además están las familias, que influyen en los hábitos de estudio, de comportamiento de sus hijos. También está el tema de la sociedad en la que vivimos, de las expectativas del alumnos cuando va a clase, con qué motivación», dijo.

La consejera de Educación, Ana Isabel Álvarez afirmó que el estudio es una «herramienta que permitirá a los centros evaluar sus propios planes de convivencia e implementar aquellas actuaciones necesarias que los complementen y mejoren». A la presentación también asistió Luis Álvarez, director del Instituto de Ciencias de la Educación.