1 de marzo

Ocho y media de la mañana. Un hombre de entre 40 y 50 años, 1,75 metros de estatura, delgado, pelo corto y anorak oscuro se presentó en una sucursal bancaria de la avenida de Alemania de Avilés. Llamó al timbre y una vez en el interior protagonizó un atraco a mano armada con la cara oculta tras una «braga» y sin que los clientes se percataran. Se llevó un botín de 1.845 euros después de intimidar con una pistola a un trabajador.

6 de marzo

El ladrón «discreto» vuelve a actuar. Consigue un botín de 10.000 euros tras atracar una sucursal en Severo Ochoa pasadas las diez de la mañana. Ese mismo día, a última hora de la tarde, la Policía Nacional consigue detener al atracador, un valenciano de 50 años. No actuaba sólo: lo hacía en compañía de una mujer de 69 años, ambos con antecedentes.