El Gobierno central ha abandonado aquella disparatada idea de dar prioridad al pago de aquellas facturas que incluyesen rebajas. Resulta escandaloso cómo las administraciones aprovechan la ley a su antojo, incumplen los plazos de abono de sus deudas pero, en cambio, los exigen con fiereza y sanciones a los ciudadanos. Los proveedores de muchos ayuntamientos de España rebuscan en los cajones las facturas atrasadas para intentar cobrar ahora gracias al plan que ha activado el Gobierno de España. Leía el otro día un titular de prensa que señalaba: «El presupuesto del Ayuntamiento priorizará el pago de facturas, la rebaja de la deuda y los servicios sociales». Se refería a las cuentas para 2012 en Burgos y consideré esperpéntico que la prioridad presupuestaria de una Administración sea pagar las facturas y que los responsables políticos lo consideren como un ejercicio de gestión con el que sacar pecho. A este punto hemos llegado sin que nadie exija cuentas de quien con lo de todos ha actuado alegremente.