El sábado pasado publico don Román Antonio Álvarez, concejal de Cultura de Avilés (PSOE), en este periódico un artículo sobre el Niemeyer. Comentaba en él una serie de afirmaciones que, por no estar de acuerdo con ellas, me apetece matizar. Decía él que por no formar parte del Patronato no conocía las cuentas. Pero yo sí formo parte de ese Patronato y tampoco las conozco. Y el por qué no las conozco es incomprensible y fuera de toda legalidad, pues después de pedirlas cuatro veces por burofax, cual es mi derecho como patrono, sigo sin recibirlas.

Decía don Román que hemos pasado de la máxima cima de la cultura a la nada. No voy a discutir con don Román sobre lo que es la cultura. Él tendrá su opinión, yo la mía y ustedes, queridos lectores, la suya, pues siempre afirmaré que la cultura, gracias a Dios, es subjetiva y depende, en gran parte, de los gustos de cada uno. De lo que estoy seguro esde que su idea de la cultura no es mejor o peor que la mía o la de ustedes, simplemente es diferente. Pero de lo que también estoy seguro es que decir, como parece que se desprende de su artículo, que, por ejemplo, la exposición de la avilesina Soledad Córdoba que se expone en la actualidad en el Centro Cultural diseñado por Oscar Niemeyer, y que el Puerto de Avilés, que me honro en presidir, patrocina es « la nada», me lleva a pensar cuál puede ser la idea de cultura de don Román...

Decía don Román que para hacer gestiones hay que viajar, y que esas gestiones cuestan dinero. Totalmente de acuerdo con él. Nosotros también viajamos en el Puerto. La diferencia es que nosotros lo hacemos sólo a donde al Puerto le interesa para sus tráficos, y nuestros gastos están perfectamente justificados, pagándonos las copas y el tabaco de nuestro bolsillo.

Decía don Román que el Gobierno de Asturias ignora la autoridad del presidente de la Fundación. No me corresponde a mi hablar por el Gobierno, pero en lo que respecta a esta Autoridad Portuaria de Avilés, el presidente del Patronato, Manuel Díaz, no tiene ninguna autoridad, es más, me atrevería a llamarle irresponsable. Pues irresponsable es quien siendo presidente desconvoca un consejo del Patronato en un momento de una importancia vital para el mismo, e irresponsable es un presidente que no convoca un consejo de urgencia cuando se va el director general.

Decía don Román algo sobre la «obligación de la ley», cuando estoy seguro que no sabe de que ley está hablando, pues no se leyó, mucho menos estudió, la Ley 50 del 2002 sobre Fundaciones.

Decía don Román que «también debemos saber todos que la responsabilidad de los pagos que están pendientes deberán asumirla el Patronato o los patronos». Puede que tenga razón. Pero me resistiré, todo lo que la ley me permita, a pagar cuando, como patrón actual, no formé parte de ese desequilibrio. Pues, si hay un desfase entre ingresos y gastos es culpa de quien lo produjo, es decir, del director general. Y en cualquier caso, la Autoridad Portuaria de Avilés pedirá responsabilidad a cada uno de los patronos anteriores por no cumplir con la diligencia debida el cargo que representan.

Decía don Román que él está satisfecho por estar en el lado de los que hacen cosas importantes. Y yo le digo que nunca estaré con los que hacen cosas importantes de manera ilegal, utilizando mal los fondos públicos, es decir, el dinero de todos nosotros. Yo estaré siempre con los que hacen cosas de manera legal, dentro de los presupuestos, no produciendo desfases, no gastando más de lo que tienen y justificando cada uno de los euros que se gasta.

Para terminar le voy a dar a don Román un consejo parafraseando a Cicerón: busque usted la verdad, pues esta se corrompe igual con la mentira como con el silencio.