M. PÉREZ

Una avilesina de 97 años, C. P., tardará en olvidar la pasada madrugada del miércoles. Cuando se iba a acostar, sobre las diez de la noche, se rompió la cadera en su piso de la Avenida de Cervantes. La mujer quedó tendida en el suelo del pasillo y la lesión le impidió alcanzar un teléfono para pedir ayuda. Pasó toda la noche agonizando en su vivienda, hasta que por la mañana, una persona oyó sus quejidos y lanzó el aviso de emergencia.

Sucedió en el número 23 de la Avenida de Cervantes, donde la anciana vive sola. La ayuda llegó por la mañana. Según informaron fuentes de la Policía Local, la mujer que se encarga de repartir leche en el edificio escuchó unos quejidos persistentes que salían de la vivienda de la anciana. Entonces alertó a los vecinos del inmueble, que decidieron llamar a la Policía Local. Hasta el lugar se desplazó una patrulla y también una dotación de bomberos. Consiguieron acceder a la vivienda rompiendo una ventana que da acceso al patio interior de la vivienda. Un bombero resultó herido en una mano en la maniobra.

Cuando entraron en el piso se encontraron a la mujer tendida en el suelo, quien les explicó que se había roto la cadera y que había pasado la noche allí tendida. Una ambulancia de soporte vital básico trasladó a la mujer al Hospital San Agustín de Avilés, donde permanece ingresada a la espera de una intervención para restaurar la lesión de cadera.