Myriam MANCISIDOR

La lluvia respetó el paso de San Pedro Apóstol y de la Cofradía del Santísimo Cristo de Rivero, encargada este año de coordinar los actos de Semana Santa en Avilés. Decenas de personas, más que en ediciones anteriores, se congregaron en las inmediaciones de El Parche, San Francisco, la plaza de Álvarez Acebal y, especialmente, Rivero al paso de los hermanos de esta cofradía que, como es habitual, intercambiaron el orden de sus dos pasos tras el sermón que ofreció el nuevo párroco de San Nicolás de Bari, Juan Antonio Menéndez. Así, pasó la imagen de Jesús atado a la columna delante y la de San Pedro detrás. Este gesto simboliza cómo el apóstol llora arrepentido tras negar tres veces al Maestro.

La cofradía «rojiblanca» nació en el año 1955. Fueron los vecinos de Rivero quienes dieron impulso a esta hermandad de sampedrinos, animosos de sacar a la calle la imagen del Príncipe de los Apóstoles junto con la del Cristo Atado a la Columna, mostrando a los fieles el episodio de la negación de Pedro. Recogían, de este modo, el testigo de quienes ya en el siglo XVII realizaban este acto público de fe cristiana promovido por los monjes franciscanos de la época. Desde entonces, los cofrades han cumplido fielmente cada año con la tradición vestidos siempre con hábito, guantes y calcetines blancos, capa y capuchón rojo, cíngulo de cuerda de sisal y zapatos (sin tacón) negros. Ayer muchos hermanos iban también descalzos en señal de penitencia.

Aunque una vez más los niños fueron los protagonistas de esta procesión conocida también por la de los rapacinos o los guajes de Rivero dado el gran número de cofrades infantiles que acompañan las imágenes. La procesión de San Pedro contó, además, con acompañamiento de tambores y timbales propio de la cofradía y la música de la banda municipal, que arrancó su actuación con la interpretación del himno nacional. Los cofrades partieron puntuales -20.30 horas- de la capilla de Rivero, fechada en la primera mitad del siglo XVII y situada en la soportalada calle que lleva el mismo nombre. Tras recorrer parte del casco histórico, el párroco Juan Antonio Menéndez ofreció el sermón desde el balcón de la casa parroquial de San Nicolás acompañado por el también sacerdote Ángel Garralda.

«A pesar de que muchos de nosotros hemos experimentado la felicidad al lado de Jesús el día de nuestra Primera Comunión, confirmación o boda hemos perdido el calor y hemos abandonado el trato diario. Así hemos abandonado también el amor fraterno y la solidaridad con los demás metiéndonos en nuestras cosas. De esta forma nos hemos encontrado con el vacío interior y la angustia aunque la disimulemos con otras cosas», sentenció el párroco. Tras sus palabras, los cofrades emprendieron la vuelta a la capilla por San Francisco, la Plaza de España, La Cámara, San Bernardo, La Fruta, El Sol, La Ferrería y Rivero.

La cofradía del Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol volverá a procesionar el Viernes Santo. Los avilesinos y también muchos turistas se mostraron ayer sorprendidos por la calidad de las imágenes de esta cofradía: Cristo atado a la columna, San Pedro Apóstol, el gallo de la pasión y la andilla, emblema de esta hermandad que anoche llenó las calles de Avilés pese a que tenían rival futbolero por la tele: Barça-Milan.