S. F.

Juan Antonio Menéndez, el párroco de San Nicolás de Bari, presidió ayer la liturgia que abre las celebraciones de El Bollo, las fiestas más tradicionales de Avilés: bienvenida a la primavera. Menéndez dirige el templo de la villa desde hace sólo unos pocos meses, pero explicó a los cofrades que se dieron cita a las once de la mañana que la fiesta pascual «es de fraternidad y no es ajena a la vida cristiana, es tan religiosa como la Semana Santa». Y es que no pudo dejar de mencionar la Pasión, que ayer se despidió con la procesión del entierro. «Hoy conmemoramos la resurrección de Jesús de entre los muertos», apuntó Menéndez en su pregón.

El párroco agradeció a los cofrades la inclusión de la misa en programa festivo y, asimismo, el homenaje tributado en la cena de la noche del sábado «a un sacerdote venerable, mí predecesor, hermano mío en el sacedorcio: don Ángel (Garralda)».

En la misa estuvieron presentes representantes municipales de los grupos del PSOE, del PP y de Foro. Pedro García, concejal de Seguridad, asistió en su calidad de miembro del gobierno de la ciudad. Pablo Sánchez Lorda, de FAC, estuvo acompañado por sus compañeros de grupo y Constantino Álvarez, del PP, representó a los conservadores.

Como representantes de la sociedad civil asistieron a misa el capitán del puesto de Avilés de la Guardia Civil, Manuel Pérez Santiago, y el comisario de Avilés, Agapito Pérez. También el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Menéndez, y el presidente de la Unión de Comerciantes y Luis Rodríguez, de la Escuela de Artes y Oficios.

Juan Antonio Menéndez aprovechó su intervención también para llamar a los avilesinos que estaban presentes en el templo a la fiesta. Y recordó que existe una gran tradición de pan de Pascua en toda la cristiandad. «En Avilés ese pan es el bollo, muy apetitoso, es el símbolo de la alegría pascual y de la fraternidad». A este último respecto el párroco señaló la ceremonia de la Comida en la Calle, prevista para esta tarde: «el ejemplo mayor de la fraternidad». Tras la celebración del oficio, comenzó el reparto de los bollos y del vino.