Cuando el sol alcanza su cénit, el parque de Ferrera es un mantel verde sobre el que miles de adolescentes celebran su comida de hermandad de todas las primaveras (la Policía Local no quiso aventurarse a contar los invitados a la mesa silvestre). El menú del Lunes de Pascua se compuso a base de bocadillos de pollo empanado, pepitos, tortillas de patata y, de postre, una tarta de queso, como la que cocinó Nana Pérez: en un molde de aluminio, con un tenedor comunitario. «Prueba, la he hecho yo», invita ella mientras posa para la fotógrafa, a la sombra del árbol caído, en mitad del parque más inglés de estos contornos. La comida de los adolescentes se sació con culetes de sidra, con muchos culetes de sidra y poco arte para escanciar la bebida. La falta de costumbre.

-¿Dónde vas?

-A chumar.

-Vale, voy contigo -se dijeron dos jóvenes adolescentes que se cruzaron a la altura del estanque de los patos, imperturbables ante la invasión juvenil. Cuarenta vigilantes mantuvieron la paz en el jardín. Ni se les notaba.

Patri Álvarez y sus amigas se escribían mensajes en el cuerpo con un rotulador. Y apenas el sol había doblado el mediodía. Se dejaron fotografiar: «Es la tercera vez que pasamos la Comida en la calle en el parque», dijeron. También dijeron lo que traían de comer, pero eso era lo menos importante. Habían llegado para la celebración fraterna de la primavera. Y la mañana de ayer fue toda ella, completamente, un dulce reposar de los pastores. Fiesta eglógica en los prados del parque dulce, en el centro de la villa. En plan Garcilaso de la Vega, pero con un pelín más de alcohol.

El poeta renacentista parece que previó la celebración embotellada del parque de Ferrera, por la gracia del área de Festejos: « En tanto que de rosa y azucena / se muestra la color en vuestro gesto, / y que vuestro mirar ardiente, honesto, / enciende al corazón y lo refrena.» La cosa duró hasta primera hora de la tarde. Los de la página web www.luckdances.com montaron una discoteca en el quiosco de la música. Primero pinchó Christian Figueroa, con un bocadillo de tortilla en la mano. Y, a lo largo de la tarde, harían lo propio, entre otros, Damián Rodríguez, Xago o Doctor Gregory. La página web la mantienen Damián Rodríguez, Nacho Bagüés y Xago Nel Fernández. Desde enero. «Nos dieron permiso, pero teníamos que ponerlo todo: desde el generador hasta los altavoces», comentó Damián. La música le dio salsa a una jornada campestre de sidra, bocadillos y un rato de sol.