Teresa CEMBRANOS

Hay que dar un cambio radical al modelo energético español para que así el país no sea tan dependiente de las importaciones de materias primarias (petróleo, carbón y gas natural) y se pueda ahorrar gracias a una mayor eficiencia energética. También para luchar contra el cambio climático. Todo ello, con la complicidad de los consumidores. Así lo defiendes expertos que ayer se reunieron en la primera jornada del I Congreso nacional de Medio Ambiente y energías renovables, que se celebra hasta mañana en el pabellón de La Magdalena.

Así, para Valeriano Ruiz Fernández, catedrático de Termodinámica de la Universidad de Sevilla y presidente de Protermosolar, el futuro pasará por una mayoría de energía renovable y sobre todo por «la energía solar y la biomasa». Ruiz se mostró convencido de que en el futuro se podrán sustituir el petróleo, el carbón y el gas natural por energías más limpias y renovables aunque, augura, el camino será complejo. Ahora, por ejemplo, esas energías renovables están sufriendo «un ataque». «En los años 2008 y 2009 eran bienvenidas. El sistema energético español había ido creciendo hasta que se paró por la crisis. Y entonces se vio que hubo errores de perspectiva en la planificación de los gobiernos y empresas para el consumo cara a 2020. Se construyeron ciclos combinados de gas natural que producen 27.000 megavatios y el mercado no se ha comportado como estaba previsto y ahora no sirven para nada. Los empresarios no saben qué hacer con esas inversiones. Tenemos un sistema eléctrico que produce el doble de lo que necesitamos», explicó.

El profesor y presidente de Protermosolar criticó el elevado coste que paga el consumidor final por la luz. «La electricidad en su totalidad cuesta menos y al consumidor paga más. En España la electricidad es mucho más cara que en el resto de Europa. El problema del sistema es la avaricia de las grandes empresas y el empeño de los gobiernos de mantener ese estatus. La solución es simple: limitar sus beneficios», aseveró Valeriano Ruiz.

El presidente de Protermosolar explicó que, actualmente España tiene más del 90 por ciento de dependencia del exterior en materias primarias para producir energía, y aseguró que el país no tiene dificultades para cumplir los compromisos de Kioto. Eso sí, abogó por un cambio de paradigma energético, para que el sistema sea «más eficiente y menos contaminante». «Todos tenemos una responsabilidad para llegar al ahorro y a la eficiencia energética», argumentó. Así, hay que ir a sistemas de generación más inteligentes, a fuentes primarias que no generen contaminación en grandes cantidades, como suponen las renovables e hibridación. «Otro sistema energético es posible y eso ya está en marcha», dijo. Aseguró que la idea que se «va a imponer» es la generación distribuida; la generación de electricidad con radiación solar. «El futuro será también la producción en red: yo consumo lo que produzco y también lo puede aprovechar mi vecino. Por eso es importante promover el uso de renovables de manera fuerte. Ese tipo de energía tiene un papel fundamental por su seguridad de suministro, su beneficio social y su limpieza», concluyó Valeriano Ruiz.

A continuación se celebró un debate con el tema: «¿Estamos ante una nueva transición energética?», en la que participaron Javier Méndez, director general de Industria y Energía del Principado; Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables y APPA Fotovoltaica; Vicente Luque, gerente de AS-Consulting y exfuncionario de la Dirección General de Transportes y Energías de la Unión Europea, y Valeriano Ruiz. Todos afirmaron que sí se está ante una transición energética, aunque con matices.

Así, el responsable regional afirmó que hace cuatro años sí que pensaba que se iba hacia esa transición a través de las energías renovables. «El problema es que ahora, debido a la crisis y a la contracción de la demanda, el sistema eléctrico está en cuestión y está en duda el objetivo de que en unos años las energías renovables supusieran el 40 por ciento de ese consumo», explicó. Para Javier Méndez también hay un problema de planificación. «El sistema de las renovables se introduce por las primas y ahora hay que seguir pagándolas porque hay que reconocer la inversión. Y al no poder cambiar los precios, se han hecho recortes de la compensación: al sistema puedes verter menos cantidad de energía», expuso.

Méndez explicó que en el Principado de Asturias hay problemas con las empresas que son grandes consumidoras de energía, como Alcoa, Azsa y Arcelor. «Hay amenaza de deslocalización y, por eso, los gobiernos tienen que luchar por impedirlo. Hay que velar porque el precio de la energía sea adecuado y competitivo con otros países», afirmó. En ese sentido, Vicente Luque rebatió esa idea y afirmó que ya desde 1997 el sector está liberalizado y que ya no existen tarifas para grandes consumidores, sino precios. «Tienen que negociar consumidor y productor y existe margen para llegar a un acuerdo. Ahí, los estados poco pueden hacer», expuso. Como alternativas, Luque comentó que se podrían hacer líneas de abastecimientos directas, que reducen los costes a las grandes consumidoras o, incluso, que éstas monten «una central para ser autosuficientes.

Javier García Brieva defendió el uso de las energías renovables en España porque así el país tendría una mayor independencia energética y habría un ahorro de energía de en torno al 50 por ciento. Ese cambio de modelo también posibilitaría la creación de un millón de puestos de trabajo. Para ello, sería necesario, según el presidente de la Fundación Renovables, una mejor planificación energética «ya que la de 2002 ha sido un auténtico desastre» y la elaboración de un plan de ahorro y eficiencia energética basado en directivas europeas. «Que sea posible va a ser responsabilidad de todos y exige coherencia política y voluntad política para hacerlo», comentó.

Vicente Luque, por su parte, se mostró más partidario de la diversificación: ni todo renovable, ni todo nuclear ni todo fósiles. «Los objetivos de la política energética deben ser conseguir una energía segura, sostenible y competitiva para la economía en general», explicó. El exfuncionario europeo dio algunas claves sobre lo que se puede hacer en Avilés y en Asturias: «El gran reto para la industria asturiana es la construcción de equipos para el desarrollo de las nuevas tecnologías, pensando en muchos casos en la exportación. La gran industria de Avilés está ya en ello». Según Luque, también habría que identificar «nuevos productos y servicios, incorporar a las pymes y definir los sectores con mercados más prometedores». Ahí estarían, por ejemplo, el sector eólico-marino, los bastidores para solar de concentración, la bioenergía, la biomasa o el biogas, así como la captura y secuestro de carbono. En ese sentido, propone que la Universidad haga un estudio para analizar la posibilidad de secuestrar ese carbono en el cañón de Avilés.

La parte comercial del Congreso de Medio Ambiente la aporta «Expoambiente», que tiene carácter profesional y está dirigido a profesionales de los diferentes sectores relacionados con el medioambiente y la energía. Ahí participan una veintena de expositores. En la imagen, Javier Méndez, director general de Industria y Energía del Principado; Pilar Varela, alcaldesa de Avilés, y Francisco Menéndez, presidente de la Cámara de Comercio, ayer, en la inauguración del congreso en La Magdalena.