F. L. JIMÉNEZ

El expresidente de «Virgen de las Mareas» y ganador de las elecciones del pasado mes de octubre que el Principado anuló posteriormente, Gregorio López, salió ayer a la palestra para recalcar que la función principal de los miembros de la gestora que dirige ahora la cofradía es convocar nuevas elecciones, «algo de lo que no parece que tengan muchas ganas, pues los anteriores comicios se desarrollaron en dos meses y ese es el tiempo que va a cumplirse ahora desde que el viceconsejero Luis Peláez nombró una gestora supuestamente neutral asegurando que organizaría elecciones rápidamente y lo cierto es que aún no tenemos ni los censos disponibles».

La supuesta parsimonia con que la gestora aborda la cuestión de las elecciones no es el único asunto que preocupa a Gregorio López, quien se declara «asombrado» porque los rectores provisionales de la cofradía dediquen su tiempo a «solucionar el problema de los viales del Nodo aceptando que la culpa de ese asunto es de la cofradía que dicen defender». Igualmente, López pregunta por qué la gestora desconfía del programa informático que gestiona los socios de la cofradía, un tema que más bien le suena a excusa para seguir dilatando los plazos de celebración de nuevos comicios.

La gestión del dinero de la cofradía es otro asunto que inquieta a Gregorio López: «Cuando fui apartado de la presidencia de la cofradía por Luis Peláez en beneficio del famoso sector crítico quedó en las cuentas una bonita cantidad de dinero. Estaría bien saber cuánto queda, cuánto ha entrado desde entonces, cuánto se ha gastado y cuánto se piensa gastar». Esto último es especialmente preocupante a ojos del expresidente «por las noticias que me llegan de las conversaciones que el presidente de la gestora mantiene en el bar de la cofradía, en la cantina de la estación y en otros locales de la zona con los críticos y sus asesoras y asesores. Y también por los comentarios que los denominados críticos hacen a pescadores y armadores -que aunque les pese son amigos míos- presumiendo de lo mucho que ahora mandan en la cofradía».

El «secretismo» con el que la gestora lleva las riendas de la cofradía merece el rechazo de López, que se hace eco del malestar reinante entre los pescadores con los que no se cuenta para nada. «Lo que sí que lleva a rajatabla la gestora es el secretismo para con los socios que no están alineados con los críticos (que son la inmensa mayoría). Así es que nadie sabe qué se acordó en las cuatro reuniones celebradas hasta la fecha, aunque sí sabemos quién va y quién no a esas reuniones (por cierto, que alguno debería de estar cesado por faltas de asistencia) y por tanto a quiénes se les puede pedir explicaciones y a quiénes no», critica López.

La figura de Luis Peláez sigue centrando las iras de Gregorio López, quien señala al viceconsejero e Recursos Autóctonos como la persona que «calentó esta patata (en referencia a su intervención en el proceso para anular las elecciones de octubre) y ahora se lava las manos. Hizo su trabajo y ahora parece claro que se irá; lo que está pasando y lo que puede pasar de seguir así las cosas no parece importarle. A él le saldrá gratis, pero para la cofradía el daño ya está hecho».