La Riera (Somiedo),

Sara ARIAS

Sin pedir nada a cambio. Marius Roberto Stan Neagu se ha ofrecido para arreglar la casa de Elisa Menéndez, una anciana vecina de La Riera (Somiedo) a la que el fuego destruyó parte de la vivienda en la madrugada del miércoles. La mujer estaba angustiada por cómo afrontar la reforma, algo de lo que ahora, si quiere, no tendrá que preocuparse. Stan Neagu ha decidido presentarse voluntario para reformar la vivienda tras leer la información publicada por LA NUEVA ESPAÑA. Sólo pide que otra persona ponga los materiales porque, debido a su situación actual en el paro, no puede afrontar el gasto. «Estaba tomando un café y al leer el reportaje sobre el incendio me dio mucha pena. Y como yo no estoy haciendo nada, ¿por qué no iba a ayudar yo a esta mujer?».

La oferta de Stan Neagu ha sido muy bien recibida por Elisa Menéndez, que estos días se encuentra con su hermana en Oviedo: «No sabe lo que se lo agradezco, ya no queda gente así». También su hijo, Juan Carlos Álvarez, se mostró feliz y agradecido con Stan Neagu. «No tengo ni palabras», explica. Y añadió: «También se ofreció un chaval de Somiedo. Pueden hacerlo entre los dos y yo también ayudaré».

Tampoco la mujer quiere quedarse quieta y asegura que colaborará en los que sea necesario, «desde hacerle la comida hasta pasar la escoba». Además, Marius Roberto Stan Neagu no tendrá que hacer el viaje entre Luanco (Gozón) y La Riera. La familia Álvarez Menéndez se encargará de buscarle un alojamiento y que no le falte de nada porque «estos detalles son de agradecer». Tampoco debe pensar en los materiales, ya que Elisa Álvarez se encargará de adquirirlos.

Stan Neagu es un rumano de 35 años que vive en Luanco desde hace tan solo dos meses, aunque lleva en España desde 2002. Antes vivía en Requena, Alicante, donde trabajó como electricista de alta tensión y a partir de 2006 en la construcción. Pero la crisis del ladrillo en la costa mediterránea dejó a Stan Neagu en la calle tras ERE. Ahora está al paro, esperando que en algún momento suene el teléfono y pueda ponerse a trabajar. El joven es de los que piensa que en estos tiempos que corren, de crisis, números rojos y una sociedad egoísta «es el momento de ayudarnos los unos a los otros», comenta.