M. PÉREZ

Amaranta Cueva, la avilesina de 29 años asesinada presuntamente a manos de su pareja el pasado mes de octubre, luchó hasta el final por salvar su vida. Así se desprende del informe médico forense practicado al cadáver de la joven, y al que ha tenido acceso este periódico. Los médicos constatan la existencia de múltiples señales de defensa en las lesiones que presentaba, sobre todo, en sus manos.

Fue una paliza brutal. El informe constata la existencia de un gran número de traumatismos en la cabeza y en la cara, producidos por golpes de puños, contra el suelo, y contra las paredes de su domicilio en la calle Palacio Valdés. Su cuerpo también tenía mordiscos y cortes abundantes, la mayoría en la cabeza. Tal y como adelantó este periódico, una de las hipótesis que manejaban los investigadores del caso es que la joven pudiese haber sido golpeada con una botella. El informe forense apunta que Amaranta Cueva presentaba múltiples lesiones que se corresponden con heridas incisas por cristales, o algún material similar.

Además, el informe desvela que, tal y como apuntó el entorno de la joven en las declaraciones a la Policía, Amaranta Cueva era maltratada de forma habitual. Los forenses apuntan que es posible que las lesiones que presentaba la joven fuesen producto de más de una agresión, dada la coloración que presentaban alguna de estas lesiones, alguna de ellas ya cicatrizada.

Además, siempre siguiendo las conclusiones del informe, unas manchas lívidas en la cara interna del muslo (equimosis digitiformes), podrían deberse al uso de la fuerza en relaciones sexuales no consentidas.

Las conclusiones de la autopsia también apuntan que probablemente tardó unas horas en morir después de recibir el golpe que le provocó un traumatismo craneal severo con hemorragia subdural.

El único detenido como presunto responsable de la muerte de Amaranta Cueva es su pareja, un joven portugués de 33 años, Eduardo Antonio P. T. «El Portu», que permanece en prisión preventiva en la cárcel de Villabona. En un primero momento el novio de la joven confesó el crimen a varios conocidos en un bar de Llano Ponte donde Amaranta Cueva trabajaba de forma esporádica. También lo admitió ante la Policía. Sin embargo, en el Juzgado aseguró que no recordaba nada.