Catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamientos psicológicos de la Universidad de Oviedo

Myriam MANCISIDOR

Marino Pérez Álvarez nació en Ese de Caballeras, en Tineo, en 1952. Actualmente ejerce como profesor en la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, donde ocupa la cátedra de Personalidad, Evaluación y Tratamientos psicológicos. Además de la docencia, Pérez Álvarez también practica la literatura científica. Esta tarde (13.30 horas), Pérez Álvarez ofrecerá una ponencia en el Hospital San Agustín.

- «La falacia del cerebro creador» es el título de su conferencia. ¿Nos engaña el cerebro?

-La falacia se refiere a la consideración del cerebro como si fuera el agente creador de las actividades humanas, las decisiones que tomamos, los problemas que tenemos, nuestra manera de comportarnos con los demás. Hoy está de moda atribuir al cerebro lo que en realidad hacen las personas, por supuesto, contando con su cerebro. Pero el cerebro no es un ordenador que estuviera dentro de uno recibiendo información y ordenando nuestros movimientos, pensamientos, decisiones, preferencias... Esa es una metáfora mecanicista muy inadecuada para entender el comportamiento humano. El cerebro no nos engaña, son los divulgadores de la neurociencia los que nos engañan tratando de impactarnos con neuroimágenes, como si estas revelaran la causa de lo que hacemos o nos pasa. Lo que pasa es que la gente se lo cree y a veces le sirve de justificación para lo que hace o le pasa: si es el cerebro, no soy yo el responsable.

-¿Es el cerebro lo que nos hace humanos?

-Sin cerebro no hay persona ni comportamiento alguno pero, a su vez, el cerebro depende de la educación y de la cultura recibida, así como del medio en el que siempre estamos. El problema es que la importancia que se le da suele ir en detrimento de otras cosas que también son importantes, incluso para el propio cerebro como los cuidados, la educación, las formas de vida y los valores que orientan y desorientan a la gente.

-¿Por qué cada vez más hay pacientes diagnosticados de depresión?

-En primer lugar, porque la depresión, junto con la ansiedad, son las reacciones más normales a los problemas de la vida, son las alarmas cuando algo anda mal. En segundo lugar, porque vivimos en una sociedad que, por más que se diga del bienestar, está montada sobre la insatisfacción que es la lógica del consumo, que considera a los seres humanos como sumideros, siempre insatisfechos con lo que tienen y deseosos de lo que deben tener. En tercer lugar, porque el marketing farmacéutico nos ha enseñado que cualquier inconveniente, frustración o disgusto es depresión, a tratar con medicación, como si fuera una enfermedad como otra cualquiera, en vez de un problema de la vida. Si además tienes que ser feliz, lo más fácil es que termines deprimido resolviendo un problema más, y echándote la culpa a ti por no serlo.

-Parece que estamos obligados a ser felices?

-Sí, es una obligación más que nos han metido. La gente se empeña en ser feliz, en vez de ser normal. Un problema añadido más, como decía.

-¿Cómo afecta la crisis económica al cerebro?

-Las crisis son oportunidades para la capacidad funcional y adaptativa del cerebro, el problema es cómo afectan a las personas. Esta pregunta, si me permites, es un ejemplo de la moda de hablar del cerebro en vez de las personas, las cuales ya incluyen cerebro. La crisis no tiene que suponer necesariamente más problemas psicológicos.

-¿Qué alegra más las neuronas: la paga extra de julio o la victoria de España en la Eurocopa?

-Son alegrías de orden distinto, aunque compatibles. Si uno tuviera que elegir, dependiendo de sus necesidades, probablemente elegiría la paga extra, que es personal, mientras que la otra, el gol, es colectiva. Aparte de que no todo el mundo se identifica con el fútbol, mientras que en relación con el dinero, como decía Voltaire, todos somos de la misma religión.

-Los jóvenes titulados pero sin trabajo, ¿son personas propensas a acudir al psicólogo?

-No creo. Aunque hayan sido criados en la satisfacción inmediata y en la religión de la felicidad, puede que la crisis sea un máster de la vida que les ayude a bregar y tomar contacto con la realidad.

-¿Qué me puede decir de la atención sanitaria de los trastornos mentales?

-La atención sanitaria siempre se queda corta respecto de las necesidades de la población. Siendo de naturaleza psicológica los problemas que tiene la gente, la mejor atención sería psicológica.

-¿Se consumen demasiados fármacos antidepresivos?

-Sin duda alguna. Recuérdese que el consumo de antidepresivos se debe a eficaces campañas de marketing farmacéutico. Se ha convertido el psicofármaco en un producto de consumo más y la depresión en un negocio, sin menoscabo del sufrimiento de muchas personas.

-Publicó «Psicología del Quijote». ¿Hay muchos ingeniosos hidalgos en la sociedad?

-Lo que hay es muchos quijotes, hombres y mujeres, en el sentido de que se creen lo que leen y oyen y así, por ejemplo, se enamoran del amor y no de la persona con la que están. Lo que hay poco son quijotes en el sentido quijotesco de la palabra, empeñados en hazañas meritorias.