Myriam MANCISIDOR

Avilés tiene el tercer cañón del mundo por su cercanía a la costa y no se trata, precisamente, de una pieza de artillería. La herida continental de la falla de Ventaniella, una fractura geológica que se diluye en las profundidades marinas, da origen a un accidente geográfico que a tan sólo ocho millas de la entrada de la ría alcanza 4.000 metros de profundidad. En este enclave misterioso -a partir de los 80 metros reina la oscuridad, en la zona afótica- hay secretos que poco a poco salen a la luz. Los investigadores del proyecto de oceanografía profunda «Dosmares» han confirmado en la campaña de investigación que desarrollaron el pasado mes de marzo a borde del buque «Sarmiento de Gamboa» la existencia en esta sima abisal de uno de los mayores arrecifes de coral blanco de Europa.

«No se trata de coral rojo que se explota con fines comerciales sino de coral de aguas frías», explica el coordinador principal del proyecto, Miquel Canals Artigas, de la Universidad de Barcelona. «En el Mediterráneo este coral está al límite pero en el Cantábrico goza de buena salud: en el Cañón de Avilés, aunque los fondos son de fango, que no es un buen sustrato para que se fije el coral, también hay piedra, lo que contribuye a que los rangos de distribución sean amplios. También beneficia la temperatura del agua por debajo de los trece grados centígrados», manifiesta.

En el proyecto «Dosmares» convergen tres grupos de investigación de prestigio: el GRC en Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona, el Grupo de ecología de Sistemas Acuáticos de la Universidad de Oviedo junto con el centro de experimentación pesquera del Principado y el GRC de Recursos marinos Renovables del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona. Durante la campaña en el Cañón de Avilés, los investigadores fondearon líneas instrumentadas equipadas con correntímetros, mini-CTDs y trampas automáticas de partículas recogiendo los materiales que se hunden desde la superficie hasta el lecho marino, a varios miles de metros de profundidad. Tomaron también muestras de bentos y plancton con el objeto de reconstruir la estructura trófica del ecosistema y dilucidar su funcionamiento.

«En el Cañón de Avilés los corales viven en una especie de sopa de nutrientes que se va renovando, los cañones submarinos no dejan de ser valles y facilitan la circulación oceánica», incide Canals Artigas, que más allá del hallazgo de una de las mayores plataformas de coral blanco de Europa destaca que el fin último de la investigación es hacer un estudio comparativo de los cañones de Blanes, en el Mediterráneo, y el de Avilés, con el objeto de comprobar la existencia de una teleconexión climática entre ambos, mediada por episodios de irrupción de cuñas de aire siberiano en la Península Ibérica. Los resultados del estudio pueden tener implicaciones para el conocimiento de las fluctuaciones en las capturas de recursos vivos, como ya se demostró en relación con la gamba rosada de profundidad -«Aristeus antennatus»- en el Mediterréneo y pueden, por tanto, contribuir al establecimiento de bases más sólidas para la gestión de los recursos pesqueros.

«Esto nunca se estudió en el Principado: la relación entre la capturas o no de especies de importante interés pesquero con temporales, riadas...», sentencia Miquel Canals, que va más allá: «Nuestra misión es dar respuesta a esa duda y saber si, además, existe conexión entre el Mediterráneo y el Cantábrico».

A juicio del catedrático de la Universidad de Barcelona, el documento final será de gran valor para el control de los recursos pesqueros. «El estudio puede tener implicaciones para el conocimiento de las fluctuaciones en las capturas de recursos vivos y puede contribuir al establecimiento de bases más sólidas para la gestión de las pesquerías», afirma este investigador. «Saber si un temporal afecta en una costera será muy beneficioso para la pesca e incluso se podrían acompasar periodos de vedas o paros biológicos con estos fenómenos naturales», argumenta. Las conclusiones definitivas del estudio se conocerán a finales de 2013. Hasta entonces los investigadores analizarán todo el material recopilado en la última campaña que se pudo seguir casi en directo a través del blog http://proyecto2mares.wordpress.com.