Teresa CEMBRANOS

La ciudad sostenible no existe pero hay caminos para alcanzar ese objetivo. Y en ello están los expertos, que teorizan sobre cómo poner en práctica una «cirugía» que evite que las ciudades sean las responsables del 75 por ciento del consumo energético mundial y del 80 por ciento de las emisiones de efecto invernadero. Para ello proponen, por ejemplo, el «Urbanismo verde», como Andrés Alonso, jefe de planificación ambiental del Ayuntamiento de Vitoria, o poner en marcha un plan que incluya un plan de climatización de fachadas, el cambio de iluminarias o la implantación del «distric heating», como aboga Javier Antón, presidente de la Asociación de Centros Históricos y ex concejal del Ayuntamiento de Oviedo.

«Vincular la eficiencia energética a las ciudades significa favorecer al 80 por ciento de la población. Los centros históricos representan la seña de identidad de las ciudades; es la parte más delicada y si los cuidamos bien es fácil que pase lo mismo con el resto de los barrios», explicó Antón durante la mesa redonda «Modelo energético para la ciudad y áreas metropolitanas», enmarcada en el I congreso nacional de Medio Ambiente y Energías Renovables que se celebra en el pabellón de La Magdalena. Las medidas del presidente de la Asociación de Centros Históricos pasan, además, por la peatonalización y un mejor aprovechamiento del reciclaje, con la instalación de contenedores soterrados. Respecto al «district heating», Antón explicó que es la instalación de la distribución energética fuera del casco histórico. «Todo ello hay que completarlo con la mejora de la movilidad. Por ejemplo, en Sevilla se está experimentando con los ecotaxis, que son vehículos que no necesitan conductor y que se mueven por un circuito a través de sensores», argumentó.

Andrés Alonso, del Ayuntamiento de Vitoria, explicó que el modelo idóneo de ciudad sería aquel que se abastece de energías renovables y pueda llegar a ser autosuficiente, que sea compacta en el territorio, que favorezcan la accesibilidad y la cercanía a los equipamientos públicos y con un menor consumo energético en la prestación de los servicios (por ejemplo con la mejora de la iluminación). Además, las ciudades tienen que ser «neutras en carbono». «Si las ciudades no saben reaccionar a la posibilidad de un encarecimiento brutal del petróleo, ese precio afectará la funcionalidad de la ciudad. Por eso, hay que hacer los mismo con menos energía», explicó.

¿Y cómo se realiza esa transformación en el modelo para una ciudad más sostenible? «Con el Urbanismo ecológico», afirma Alonso. «De cómo se planifique una ciudad dependerá lo que suceda en el futuro», comenta. Actualmente las ciudades están pensadas sólo para utilizar la cota 0, Alonso aboga por incorporar otros dos niveles: en altura y el subsuelo. El primero sería el uso de las cubiertas de los edificios para, por ejemplo, la recogida de agua de lluvia o la instalación de placas solares. El segundo, el subsuelo, podría servir para la acumulación de energía, como la geotérmica. «La cota 0 se destinaría para propiciar una movilidad sostenible», añadió.

David Rivas Ascaso, responsable del área de Smart-Grids del Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), que explicó el proyecto de microrredes que está llevando a cabo el gobierno de Navarra. Consiste en dar servicio de energía eléctrica y térmica a través de fuentes renovables y no renovables desde un único sistema.