El entramado del suministro de agua potable en Avilés suma 114 kilómetros de tuberías y, según el concejal popular José Luis Garzón, estos conductos «están en mal estado». Por este motivo, manifestó, es cada vez más frecuente que se produzcan roturas en las cañerías que atraviesan la ciudad. El último incidente se produjo ayer en la esquina de las calles La Muralla y La Cámara, donde a eso de las diez de la mañana rompió una tubería por causas aún desconocidas que ocasionó que emergiese un gran chorro de agua a modo de géiser. «Los avilesinos están benditos por el agua y parte de la culpa de estos accidentes la tiene la alcaldesa, que aprobó que las tuberías de la ciudad se sustituyan cuando se realicen obras en calles. Así que para modificar 114 kilómetros de cañerías habrá que esperar dos o tres décadas», criticó Garzón, que pidió al gobierno local que tome cartas en el asunto. «Hay que evitar estos problemas que pueden tener consecuencias graves y formar bien al personal», concluyó.