E. CAMPO

Los tres patronos públicos del Niemeyer tienen previsto ampliar el capital de la Fundación para saldar las deudas en un plazo de cuatro años y reestablecer el equilibrio patrimonial de la entidad. El Principado, el Ayuntamiento de Avilés y la Autoridad Portuaria se repartirían de este modo el agujero que determine el administrador concursal, y que inicialmente es de 2,4 millones de euros. Según fuentes municipales, cada patrono aportará en función de su participación inicial, esto es, el Principado pagará dos partes de la deuda, una el Ayuntamiento y otra el Puerto. Son los porcentajes de la escritura de constitución, en los que la administración regional aportó 30.000 euros y Ayuntamiento y Puerto 15.000 cada uno. Todo ello provendrá de fondos públicos: es decir, lo pagarán los ciudadanos.

La ampliación de capital -o ampliación de fondo dotacional en el caso de las fundaciones- es una estrategia que utilizan habitualmente tanto las entidades públicas como las empresas para conseguir que la sociedad esté saneada. Según fuentes consultadas, un pago directo por parte de los patronos de esas deudas supondría que la Fundación quedaría a deber al socio, mientras que de este modo las cuentas quedan limpias. Según el artículo 22 de los estatutos fundacionales, «queda facultado el Patronato para hacer las variaciones necesarias en la composición del patrimonio de la Fundación, de conformidad con lo que aconseje la coyuntura económica de cada momento y sin perjuicio de solicitar la debida autorización o proceder a la oportuna comunicación al protectorado». Además, según fuentes jurídicas, cualquier modificación de los estatutos, incluida la ampliación del capital, debería de recibir el visto bueno del Pleno municipal.

El Patronato del Niemeyer aprobó, en junio, un presupuesto de 545.000 euros para el funcionamiento en 2012. No obstante, según expertos, la prioridad de los ingresos que reciba la Fundación es saldar las deudas. Ante un concurso de acreedores caben dos posibilidades: negociar con los adeudados para reducir la cantidad y abonarla de inmediato -las quitas son habituales en la empresa privada-, o por el contrario acordar una ampliación del plazo de pago. Esta es la opción que sopesan los patronos, que las arcas públicas salden en cuatro años las deudas adquiridas por la Fundación.