A. P. GIÓN

El Colectivo Ecologista de Avilés denunció ayer ante el Gobierno del Principado la localización de un nuevo vertido en el estuario que atribuye a las instalaciones de la multinacional Arcelor-Mittal y aprovechó para volver a arremeter contra las administraciones por ser «incapaces de frenar estos atentados ambientales». Los ecologistas aseguraron que la gran mancha tenía como punto de origen el colector de las baterías de coque mientras que la empresa declinó hacer declaración alguna al respecto.

El vertido se produjo el domingo por la noche y ayer por la mañana todavía se podía apreciar. La mancha, de tono terroso, alteró a los paseantes que a diario caminan por el paseo que bordea el estuario local. «Se pueden observar manchas de productos petrolíferos (tipo gasoil) en las orillas, desde la zona del colector de baterías hasta el Niemeyer, y se aprecian mejor por la subida de la ría, que hace que aprecie el contraste con el agua negra que sale del colector», explicó el portavoz del Colectivo Ecologista de Avilés, Fructuoso Pontigo.

La asociación denuncia que «este nuevo vertido se suma a la lista interminable de episodios contaminantes de la ría de Avilés». «Cada poco tiempo nos anuncian que desaparecerá esa lacra, pero por más tiempo que pasa siguen produciéndose con demasiada frecuencia para sonrojo de las autoridades que lo permiten», criticó Pontigo.

Los ecologistas consideran que estos episodios contaminantes se van a agravar cuando entre en funcionamiento el emisario de Xagó, que verterá mar adentro las aguas residuales ciudadanas y urbanas previamente tratadas. «Esa instalación sólo sirve para trasladar la contaminación de un sitio a otro. La misión del emisario será esparcir la porquería que sacan los colectores por todas las playas y fondos marinos del entorno de Cabo Peñas. El mar tiene una capacidad de depuración limitada por la cantidad de residuos que el él se vierten, un escape como el de hoy (por ayer) se habría esparcido por el fondo marino y tardaría mucho tiempo en dejar de tener efectos nocivos sobre el entorno», concluyó.

Uno de los vertidos más importantes que sufrió la ría de Avilés en los últimos años se produjo en noviembre de 2007, cuando siete toneladas de galipote tiñeron de negro el estuario. Entonces el Principado abrió un expediente a Arcelor.