Director de la OSPA, abre la temporada avilesina

Oviedo, Elisa CAMPO

Rossen Milanov (Sofía, 1965) ama su trabajo. El nuevo director de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) se conmueve mientras describe lo que supone para él la música de la «Novena Sinfonía» de Beethoven, con la que el sábado abrirá en Avilés (20.15 horas, Casa de Cultura) la temporada de Música en Escena. Junto a la OSPA, el Coro Lírico de Cantabria y el León de Oro. Milanov atiende a LA NUEVA ESPAÑA minutos antes de coger la batuta para dirigir los últimos ensayos, ya que mañana será el estreno en Gijón. El maestro pasó por orquestas como la Sinfónica de Princeton, la Orquesta Nacional de Washington, la Filarmónica de Rochester, la Orquesta de Filadelfia y las sinfónicas de New Jersey, Seattle, San Antonio, Milwaukee, Indianápolis, Charlotte y Baltimore.

-¿Todo preparado para el estreno?

-Sí. Dirigí muchas veces la «Novena Sinfonía». Se trata de la quinta esencia de la obra de Beethoven. Este compositor personifica un periodo de la música de gran importancia. Y su obra refleja muchos sueños, muchas esperanzas de un futuro fantástico. El mensaje está más vivo que nunca, estamos de nuevo esperando que el mundo sea un lugar armonioso, y eso es tan difícil? Es increíblemente positivo el mensaje de esta Sinfonía. Siempre es válido, pero ahora es lo que necesita el mundo, estar todos unidos.

-¿Fracasó Beethoven en su sueño de hermandad universal, que todavía es un reto pendiente?

-Fue un fracaso. Es lo que ocurre cuando tenemos grandes ideas en sueños. Para él plasmó su visión para la sociedad, una sociedad de hombres y mujeres unidos bajo los lazos de hermandad. Y aunque sea un fracaso, es muy importante tener este tipo de visiones.

-¿Con qué equipo humano cuenta usted para difundir este mensaje?

-Será una experiencia internacional. La OSPA y el León de Oro son de Asturias, la Orquesta Lírica de Santander, y después tenemos fantásticos jóvenes cantantes de Estados Unidos, México y Holanda. Es maravilloso unir todas estas voces internacionales, muestran ese mensaje de paz, algo que une a la gente, es la celebración del gozo. Y es una forma también de sentir Oviedo, Gijón y Avilés un poco más cosmopolitas.

-Con la ventaja que tiene la música de ser un lenguaje universal...

-La música es común para todos, y de alguna manera siento que Beethoven es fácil de entender en todas partes. Tiene un mensaje tan fuerte que transciende los lugares, es muy emblemático. Lo estamos interpretando en alemán? Es un mensaje muy poderoso.

-¿Por qué Beethoven?

-Es uno de los grandes. Además, me gusta la música con una misión, y tengo que empezar a programar por alguna parte. No encontré otro compositor mejor que Beethoven para hacerlo. En él se aúnan el sentido filosófico de la música, el poder musical, el mensaje de paz... Y sin Beethoven la música no hubiera sido lo mismo. Él abrió la época Romántica, que introduce un lenguaje diferente. Fue un gigante. Determinó lo que somos ahora como músicos. Es un caso paralelo a lo que significó Miguel Ángel en las artes plásticas. A la orquesta nos permite encontrar una manera de conectar con la gente con un mensaje muy fuerte. La idea no es sólo que los espectadores acudan a un concierto y pasen un buen rato, sino también tener una inspiración, sentir más esperanza, trascender del día a día habitual en el que muchas veces pierdes el optimismo. Queremos transmitir un mensaje de victoria, el de Beethoven. Nos gustaría actuar como mensajeros del pensamiento positivo.

-La «Novena» es una pieza mil veces interpretada. ¿Hace eso más fácil o más difícil su ejecución?

-Por supuesto que es difícil. Pero en el arte, en la música, lo que me interesa no es sólo conseguir una interpretación objetiva de la pieza, ya cada artista tiene un punto de vista diferente. Es igual que con la pintura, cada artista ofrece una visión diferente. La música en sí misma no puede existir excepto que exista un intérprete. Y cada vez que interpretamos la «Novena» cambia en función de nuestra evolución como artistas, de lo que sabes del mundo. Depende de tu propia experiencia. Cuanta más experiencia emocional tienes, mejor reflexión consigues sobre la pieza. Son cosas muy importantes. Si nunca te enamoraste, no podrás trasladar ese sentimiento. Es lo que me interesa. Claro que la «Novena» es una pieza popular. Pero me interesa cómo somos capaces de interpretarla ahora. Los tiempos cambian, la gente se siente diferente, la audiencia cambia cada día. Eso es lo que lo hace maravilloso. La música es un espejo donde puedes ver quién eres.

-Usted está comprometido con la juventud, en orquestas y programas docentes.

-Creo firmemente que tienes que transmitir a las personas el amor que tú sientes, sea por la música, la pintura, los deportes... Y mostrarles por qué los amas tú. En mi caso, puedo vivir sin la música. Y eso es lo que trato de transmitir a los jóvenes, mi experiencia. La gente necesita eso, dar con alguien que sienta pasión por lo que hace. Es como si quieres ser doctor porque adoras ayudar a la gente. La música es lo mismo, y yo se lo transmito a los jóvenes que quieren ser músicos.

-¿Qué beneficio aporta en estos tiempos de crisis invertir en música, en cultura?

-En tiempos de crisis económicas, la música juega un papel muy importante. Un concierto consigue liberar nuestra mente de la preocupación por las guerras políticas, los recortes económicos? Y nos ayuda a entender que nuestro papel es más importante, nos da esperanza. Nuestra felicidad no depende de la prosperidad material, y quizá ese mensaje es el que necesitamos ahora. A la felicidad no se le puede poner un precio, es más personal y espiritual, depende de la voluntad y de las decisiones.

-Eso para el público en general... ¿Y para los jóvenes músicos?

-Si tú estás infectado por el virus de la música, es una enfermedad que nunca deja tu cuerpo. Estar expuesto a ella te hace de alguna manera diferente, y tu vida será distinta. Los jóvenes músicos tienen que confiar y no abandonar, con suficiente dedicación podrán conseguir el éxito.

-¿Quiere añadir algo?

-Que el público acuda y escuche esta experiencia de espíritu positivo, todos juntos. Tocamos para ellos.