Presidente del Grupo Daorje

Saúl FERNÁNDEZ

El grupo Daorje ha mudado su sede central: de las naves de transportes de la antigua Ensidesa a la avenida central del polígono de la ría. «Estamos mucho mejor», explica Bernardo Villazán mientras muestra las nuevas instalaciones de su empresa a LA NUEVA ESPAÑA. Preside un «holding» que emplea a más de 1.600 personas, un grupo que explota negocios tan dispares como el mantimiento metalmecánico, el medio ambiente y la ingeniería. Villazán Gil (Ciudad Real, 1959) se hizo cargo de la segunda empresa metalúrgica de Asturias en mayo del año pasado. Daorje es, además, uno de los proveedores principales de Arcelor e inicia ahora su expansión comercial en el extranjero. Villazán y los distintos comités de empresa de la compañía -perteneciente al grupo británico de capital-riesgo 3i- se encuentran estos días negociando una nueva jornada laboral y una subsiguiente reducción de salarios.

-Lleva más de un año al frente de Daorje. ¿Aquella empresa y la de ahora son la misma?

-La empresa conserva el nombre, los activos más importantes en términos de capital humano que conocí cuando me incorporé y se ha complementado con recursos externos a la Daorje inicial. Esto nos ha permitido, entre otras cosas, mejorar en transparencia y en el modo en que hacemos las cosas y en nuestras propias formas de actuar. La Daorje que conocí hace año y medio era una compañía en la que se hacían las cosas de un modo que yo creo que era de otra época. Me refiero, por ejemplo, a la gestión del personal. Con la incorporación de una nueva directora de Recursos Humanos -Maricruz Rubio- hemos conseguido mejorar en esa cuestión del capital humano que para nosotros es absolutamente fundamental.

-Cuando se hizo cargo del grupo se planteó reducir el número de accidentes laborales.

-Nosotros decidimos en su momento introducir varios cambios en relación a la prevención de riesgos laborales. Uno de estos de cambios fue poner al frente de esto a un profesional, dentro de la plantilla de Daorje. Tenía que poner orden en el seguimiento que hacíamos de la prevención. Hicimos también que este departamento subiera en la estructura y que su responsable formara parte del comité de dirección de la empresa. Si sucediera cualquier cosa ahora, por ejemplo, me lo notificarían a través de un mensaje de texto inmediatamente. Hacemos un seguimiento minucioso de los índices de frecuencia y de los índices de gravedad. Con anterioridad a estos cambios, no se prestaba ningún tipo de atención a este tipo de cosas. Como resultado de todo esto, hemos progresado en todas las métricas. Nuestro cliente, Arcelor-Mittal, nos ha galardonado con el premio a la seguridad laboral.

-¿Cómo está el índice de accidentes en Daorje en este año y medio último?

-Ha descendido significativamente. Puedo decir que en el período más crítico para nosotros -en las paradas de julio y agosto, cuando nuestra plantilla crece en casi 300 empleados más- no hemos tenido ni un solo accidente grave. Esto nos llena de satisfacción, pero también eleva el listón. La prevención de riesgos laborales viaja alto en esta empresa y va a seguir viajando alto, como no podía ser de otra manera. Hemos ido a un servicio de prevención para todas las empresas del grupo, nos hemos dotado de recursos y hemos introducido cambios donde eran necesarios. Hemos introducido cambios en la clínica de vigilancia de la salud, antes estaba vinculada familiarmente a un directivo del grupo... Esto ha desaparecido. Hemos hecho un concurso público que ha ganado Clínica Covadonga, con la que trabajamos muy bien. No hemos llegado al nivel que queremos llegar, pero somos una compañía que nos puede hacer diferentes del mismo sector. Hemos desarrollado en Daorje además un programa informático para hacer un seguimiento de los accidentes.

-¿Y lo van a explotar?

-Ha habido algún cliente que está interesado en adquirir el programa. Preferimos dar el servicio, gestionar una plantilla tan extensa como la nuestra es fundamental. Por eso queremos que ese programa crezca con nosotros y que nosotros lo explotemos. Desde luego que está abierto: damos información a nuestros clientes. De lo que se trata, al fin y al cabo es de aprender.

-En este tiempo ha habido un ir y venir de proveedores de Arcelor. ¿Cómo están sus relaciones con la multinacional?

-Nuestras relaciones con Arcelor, como no podía ser de otra manera, son fluidas. Arcelor es muy exigente con sus proveedores, como es natural, y eso a alguien como nosotros nos hace ser cada día más eficientes. Soy de los que opina que si a alguien como Arcelor les van las cosas bien, a los que estamos aguas abajo, a las auxiliares, nos tiene que ir razonablemente bien. La ecuación que no funciona es que a Arcelor le vaya mal y a que nosotros nos vaya bien. Eso no tiene mucho sentido. Volviendo a su pregunta: los procesos de contratación tienen gran transparencia. Estos procesos estrictos los seguimos con nuestros propios proveedores también. En la función de compras hemos mejorado mucho, además de personal y prevención de riesgos. Hemos huido de las relaciones familiares como elemento significativo para tomar una decisión.

-¿Y cómo son las relaciones con el Principado?

-Son, han sido y serán buenas. Siempre han sido cordiales, siempre he notado por parte del Principado, con independencia de su signo político, un entendimiento efectivo. Otra cosa es si disponen o no de los medios para hacer lo que quieren hacer. Soy consciente de las grandes dificultades de la administración pública.

-¿Los Acuerdos de Oviedo que regulan el sector auxiliar se pueden exportar a otros sectores?

-Estos acuerdos para mí eran novedosos. Una vez que los entendí, me di cuenta de que son una fórmula muy inteligente para mantener la paz social en una región como Asturias, históricamente, incluso con una radicalización de conflictos. Estos Acuerdos han permitido que no haya incertidumbres en los procesos críticos en la industria del acero. La situación que vivimos ahora, no sólo nosotros, la economía española en su conjunto, nos obliga a ser responsables y arrimar el hombro para que cualquier proyecto industrial sea sostenible en el futuro, que es de lo que esta comunidad ha vivido durante muchos años. Esto obliga a pensar las cosas de otra manera. ¿Por qué? Porque seguimos teniendo un problema que hay que resolver: la productividad. Los Acuerdos de Oviedo están muy bien, generan paz social, pero en ellos no se tienen en cuenta las productividades. Vivimos una oportunidad de oro para relanzar la industria auxiliar. Tenemos la suerte de que hay diferentes posibilidades que debemos explorar y que nos permitirán ser más productivos para competir en un mercado global.

-¿Dónde están los brotes verdes de Daorje?

-Los brotes verdes están, claramente, fuera de España; los de aquí son muy pequeños. No sólo se trata de sembrarlos, también tenemos que desarrollarlos, con mayor o menor éxito. Donde vemos que se desarrollan es fuera. En Asturias hay claros ejemplos de empresas que están haciendo las cosas muy bien, como Duro Felguera o TSK, por poner sólo dos ejemplos. Nosotros también tratamos de replicar esta labor de salir fuera de España. Y lo hacemos junto a nuestros socios.