M. PÉREZ/ I. GARCÍA

El consumo de heroína ha experimentado un repunte que los expertos atribuyen a la crisis económica, al tratarse de una sustancia estupefaciente con un coste menor que la cocaína, y cuya oferta en el mercado ilegal, además, ha aumentado. La conocida como «dama blanca», que en la década de los 80 causó estragos entre los jóvenes de la época, vuelve a estar «de moda», aunque sus nuevos consumidores responden a un perfil bien diferente alejado de la marginalidad de entonces, porque ahora, en algunos ambientes, esnifar heroína se considera esnob y de moda. Y es que, el aumento, está relacionado con una población muy joven, la mayoría adolescentes que consumen cocaína el fin de semana y luego esnifan heroína para contrarrestar los efectos eufóricos de la primera sustancia.

Puede tratarse de una alerta temporal, pero lo cierto es que tanto los últimos informes sobre consumo de drogas -el Estudes, y los elaborados por Proyecto Hombre- como las actas policiales por incautación de esta sustancia confirman la tendencia y piden que se vigile el fenómeno «con especial atención». Al parecer, España está siguiendo la misma estela que Estados Unidos, donde el tráfico y consumo de heroína ya se disparó hace un año. En la comarca de Avilés, la Policía Nacional también se han percatado del repunte, y así lo advirtieron hace unos días sus responsables tras cerrar la última operación contra el tráfico de heroína en la ciudad. Sólo en lo que va de año, la Policía Nacional se ha incautado en Avilés de 2.550 dosis de heroína, 1.700 de ellas en una sóla operación, la semana pasada, que se saldó con la detención de la «narcoabuela» de La Maruca y su nieto.

A finales de los años setenta y en los años 80 la heroína causó la muerte de la mitad de los toxicómanos en tratamiento con metadona. Muchos de los que sobrevivieron a la «dama blanca» desarrollaron sida y hepatitis. Por suerte, algunos consiguieron salir a tiempo. Es el caso de la avilesina que responde a las iniciales A. G. C., de 48 años, y ex adicta a la heroína. «Veo con mucha preocupación lo que está sucediendo ahora. Yo pasé por aquello, y con la heroína no se juega», explica en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA.

La mujer entró en Proyecto Hombre en 1992. Había estado enganchada a la heroína durante un año, antes «picoteando un poco», explica. «Cada persona tiene una forma diferente de empezar, en mi caso comencé a juntarme con gente metida en el mundillo. Me picaba la curiosidad y probé. Claro que entonces no se sabía lo malo que era; los jóvenes de ahora deberían tener en cuenta la experiencia del pasado», aconseja A. G. C. La ex toxicómana apunta que hay una circunstancia que coincide entre la sociedad de entonces y la actual: «Había muy poco trabajo y comprábamos porque era barato», analiza.

En en Avilés de los ochenta el caballo se movía en la plaza de Carlos Lobo y la Ferrería. «En esa zona del casco viejo era donde nos juntábamos, aunque a veces subíamos a un coche y pillábamos en La Maruca», asegura A. G. C. «Decidí entrar en Proyecto Hombre porque tenía claro que a mí Dios no me iba a desenganchar de nada. Lo principal es que la persona esté convencida, que no vaya obligada», cuenta. «El día que entras por la puerta tienes que pasarlo sin mono. Una vez dentro, no te permiten tomar ni drogas ni alcohol, ni rodearte de gente que beba o fume. Tampoco podías tener llaves de casa ni salir sola», asegura. «Yo no tuve ningún desliz, y el pasado 2 de abril se cumplí veinte años limpia», explica.

Sobre el nuevo perfil de consumidor de heroína la mujer advierte que no hace falta inyectarse la droga con una jeringuilla para acabar enganchado. «Yo nunca me piqué, siempre fumé heroína, a veces mezclada con base de coca. La mezcla te lo equilibraba», relata. En la actualidad, con 48 años, tiene un trabajo, una hija y lo único que le «motiva» es la familia.