Siempre es un placer charlar con Guillermo Ulacia, un hombre que lo sabe casi todo del acero y tiene un amplio conocimiento de la industria y de la energía. El actual director de la Agencia Vasca de la Innovación visitó Avilés la semana pasada invitado por el Club Asturiano de la Calidad y dejó un mensaje de esperanza -no exento de pragmatismo- sobre cómo plantar cara a la crisis. Dijo que la clave está en actuar globalmente, pero sin renunciar a la identidd local porque precisamente ese, el apego al terruño, es el único factor que nos hace diferentes de otros. Y dijo más, que deberíamos lamernos menos las heridas y empezar a hacer las cosas más rápido, más eficiente y más inteligentemente; mejor, en una palabra. Coincidente en el tiempo con la visita de Ulacia, Javier Fernández exhortaba al PSOE, también en Avilés, a repensar el discurso porque el actual no da respuestas a la gente; y el nuevo secretario general del PSOE avilesino, Luis Ramón Fernández Huerga, habló de poner en hora el reloj de los socialistas. Los tres hablan de lo mismo: camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.