Amaya P. GIÓN /

Vicente MONTES

La auditoría sobre las cuentas del Niemeyer de 2011 emite una opinión desfavorable a la gestión de la Fundación. El informe, ya en poder del Gobierno regional, evalúa negativamente la gestión y abre un proceso de análisis en el que tendrán que ser los patronos los que decidan a quiénes dirigir las responsabilidades. La consejera de Cultura, Ana González, fijó ayer -una vez que leyó el contenido de la auditoría- fecha para reunir el Patronato. Será a finales de mes.

La situación contable del Centro, según medios consultados, era tal que los auditores (la firma Deloitte) llegaron incluso a dudar si pronunciarse sobre los datos, al considerarlos insuficientes. Por ello fue necesario un nuevo periodo para examinar mejor la contabilidad de la entidad que dirigía Natalio Grueso, hoy coordinador de los centros culturales municipales del Ayuntamiento de Madrid. La consejería de Cultura no quiere más retrasos y ha convocado dos reuniones del patronato de la Fundación en las que presentará el contenido del informe.

Aunque la intención inicial del Principado era reunir al Patronato la próxima semana, el órgano de gobierno del Niemeyer no podrá sentarse a analizar la auditoría hasta finales de mes. La causa, según fuentes consultadas, la necesaria presencia en la cita del administrador concursal. Así las cosas, las fechas provisionales son los próximos 26 y 28 de noviembre, con una diferencia de 48 horas entre cada una. En la primera, la consejera informará al patronato de la auditoría, la programación prevista y del plan de viabilidad para la Fundación. En la segunda, los miembros del patronato emitirán su voto. El procedimiento ya es de por sí bien diferente al que se empleaba en la época de Areces, en la que el Patronato se reunía una única vez y las votaciones se hacían por asentimiento sin apenas preguntas.

El gobierno regional ha reiterado su intención de llegar hasta las últimas consecuencias en la depuración de posibles responsabilidades por la gestión del centro. La Fundación se encuentra inmersa en un concurso de acreedores para poder pagar a los acreedores facturas que superan los dos millones de euros y fueron precisamente las cuentas motivo de una batalla política que resquebrajó la imagen del complejo diseñado por Niemeyer. Dispuesta a cerrar un capítulo que pesa como una losa sobre la actual actividad del centro cultural, la Consejería de Cultura quiere resolver cuanto antes la cuestión.

El grupo parlamentario popular, que había presentado una iniciativa parlamentaria preguntando por el contenido de la auditoría, fue ayer informado de que la consejería ya tiene en su poder el documento pero que no lo facilitará hasta que haya sido expuesto a los miembros del patronato de la Fundación del Niemeyer. En todo caso, el Partido Popular está presente en la Fundación como uno de los representantes del Ayuntamiento de Avilés.

La consejera se comprometió en su día a hacer público el contenido de la auditoría una vez que haya sido entregada a los patronos. «En el Patronato en el que se decretó el cese del secretario -José Luis Rebollo- y se confirmó el cese del director general -Natalio Grueso- anuncié y solicité la posibilidad de emprender acciones legales si la información sobre la gestión del centro así lo requiere», aseguró Ana González en la Junta General en una comparecencia parlamentaria el pasado 4 de octubre a petición de Foro Asturias.

Las cuentas han sido el talón de Aquiles del complejo cultural. Como ya informó LA NUEVA ESPAÑA los primeros recelos surgieron a principios de 2011: los gastos motivaron que la Fundación Cristina Masaveu, entonces miembro del patronato, declinase aprobar las cuentas de 2009 y poco después abandonase el patronato del Niemeyer.

La llegada de Foro al Gobierno del Principado motivó una disputa por la legalidad del último cambio estatutario llevado a cabo por el Gobierno de Areces. Fue ahí, en medio de una batalla política por el control del centro en la que los gestores se atrincheraron en el Niemeyer, cuando comenzaron a saltar facturas y acusaciones sobre la contabilidad de la Fundación. Entonces, la Intervención del Principado denunció «graves irregularidades económicas en la gestión de la Fundación Niemeyer» por valor de más de un millón de euros, una cuarta parte de la financiación del complejo hasta finales de 2010. Entre los reparos, la existencia de facturas sin los correspondientes justificantes de gasto o subvenciones deficientemente justificadas.

El gobierno del socialista Javier Fernández no quiere dejar flecos en la gestión pasada del Niemeyer, sometida a la sospecha desde diversos ámbitos. El objetivo es abrir ahora una etapa marcada por la transparencia y la claridad con el objetivo de iniciar una nueva andadura en un centro cultural que despertó las ilusiones de toda una ciudad.