Amaya P. GIÓN

El informe de los auditores y el análisis de las cuentas del Niemeyer revelan una gestión económica chapucera y gastos descontrolados. Por ejemplo; los auditores detectaron una partida de 2010 que no está correctamente justificada por valor de 461.127 euros («supone una corrección al resultado y a la deuda contemplada en las cuentas de dicho ejercicio») y tampoco pudieron comprobar el origen de operaciones correspondientes a 2011 agrupadas bajo el epígrafe de «otras pérdidas de gestión corriente» valoradas en 182.616 euros, esto es un gasto aproximado de 500 euros al día durante un año. De las cuentas también se extrae que el Niemeyer perdió una media de 6.000 euros al día en sólo un año.

Los auditores explican que esos 182.616 euros están relacionados con cuatro incidencias: 34.930 euros corresponden a descuadres en la caja (había menos dinero en efectivo del que se hacía constar en los libros), los gerentes aprobaron la retirada de talones y efectivo por valor de 37.352 euros sin que conste el origen del dinero; además, se cargaron a las tarjetas Visa gastos por 28.258 euros sin justificación alguna más allá del apunte en el banco. También se realizaron invitaciones en la cafetería y el restaurante del centro no justificados por valor de 25.837 euros. Y por último, hay abonos y donaciones sin justificación por importe de 56.239 euros. La media, 500 euros al día indebidamente justificados o sin facturas.

Pero las deficiencias en la gestión del Niemeyer van más allá. La Consejería de Cultura tuvo prácticamente que reelaborar las cuentas para poder someterlas a los auditores. Fue entonces cuando se detectó un agujero aún mayor que el previsto. Sólo en la actividad de 2011, el centro arrojó un resultado negativo de 2,2 millones de euros. El Niemeyer perdía al día más de 6.000 euros, un millón de las antiguas pesetas. ¿Cómo se escapaba el dinero? Estas son algunas de las claves, basadas en la auditoría y en informes internos de la Fundación, para entender una gestión de la que ahora todos reniegan.

l Pérdidas por las actividades. Dentro de los gastos, 1,1 millones se corresponden con los costes de producción y coproducción de las obras «Utopía», de María Pagés; «Ricardo III», de Kevin Spacey; y la exposición «Luz», de Carlos Saura. También están incluidos en esta partida los gastos de montaje y escenificación de conciertos, actividades varias y conferencias celebradas en el Centro. Según las cuentas, la inauguración arrojó unas pérdidas de 362.228 euros; «Luz», de 331.660 euros; «Ricardo III», de 244.096; y «Utopía», de 320.597 euros. Las pérdidas por el resto de actividades están valoradas en 357.255 euros.

Los auditores también detectaron gastos en proyectos por un importe total de 348.935 euros vinculados a la contratación internacional de espectáculos cuyos justificantes «también presentan discrepancias».

l Sueldos millonarios. Los empleados de la entidad percibieron el año pasado 550.479 euros (incluye gastos a la Seguridad Social). En 2010 eran cuatro y percibieron 300.745. En el caso del director, Natalio Grueso, su contrato era de alta dirección (percibió 93.478 euros en 2011 y 100.154 en 2010). El informe de auditoría también constata que el despacho del ex secretario, José Luis Rebollo, cobró en 2011 por los servicios prestados a la entidad 258.371 euros (sin IVA).

l Subvenciones mal justificadas. La Fundación acarrea una deuda de 2,2 millones de euros pero puede alcanzar los 3,5 por la devolución de subvenciones procedentes del Principado. Ya existen dos resoluciones vigentes correspondientes a los ejercicios de 2007 y 2008 por los que la entidad tiene que reembolsar 725.000 euros.

l Liquidaciones de impuestos. Los auditores detectan anomalías en las provisiones de impuestos. Concluyen que «debido a las diferentes interpretaciones de la legislación fiscal vigente por el tratamiento de la Fundación a algunas transacciones realizadas por el desarrollo de sus actividades y a las limitaciones de información en los ejercicios examinados, no se puede concluir sobre la propiedad de las liquidaciones de impuestos realizadas».

l Disputa política. La auditoría también indica que parte de las pérdidas que sufrió la Fundación en 2011 (993.648 euros) puede estar relacionada con la merma de la actividad. El descrédito que acompañó al proyecto por la batalla política que se fraguó sobre el complejo se tradujo en que la Fundación ingresó menos de lo esperado.

La auditoría refleja otros datos hasta ahora desconocidos. Por ejemplo, que la entidad realizó correcciones de error sobre sus estados financieros de 2009 que aparecen en las cuentas de 2010: un pago anticipado al Kennedy Center por valor de 19.908 euros «por una prestación de servicios a percibir en el futuro».