Amaya P. GIÓN

Triste y decepcionada. Así se mostró ayer la alcaldesa de Avilés y vicepresidenta de la Fundación del Niemeyer, Pilar Varela, tras conocer el pasado lunes en el patronato de la entidad los pormenores de las cuentas del centro cultural, un asunto del que LA NUEVA ESPAÑA viene informando desde comienzos de 2011, antes incluso de que el complejo fuese inaugurado. «La información que ayer (por el lunes) se nos trasladó me produce una profunda tristeza, una gran decepción y una ruptura de confianza hacia los anteriores gestores de la Fundación» (Natalio Grueso y su equipo), sentenció la Alcaldesa, que insistió en que las cifras que trascendieron en el encuentro correspondientes a 2010 «no eran las que los patronos conocían». «Las cuentas no me gustan nada. Reflejan una gestión de la Fundación poco rigurosa desde el punto de vista administrativo y de un desorden contable importante», reconoció.

Las declaraciones de Varela fueron contundentes. «Los patronos de la Fundación del Niemeyer conocíamos unas cuentas del año 2010 que arrojaban unas pérdidas de 283.000 euros y ayer supimos que en realidad fueron de 725.000 euros», subrayó. Y fue en la reunión del pasado lunes cuando la vicepresidenta de la entidad conoció también que la Fundación tendrá que devolver 1,2 millones de euros en subvenciones recibidas entre 2007 y 2010, un periodo marcado por el decidido apoyo del Gobierno de Vicente Álvarez Areces al Centro Niemeyer.

«Me parece terrible que tengamos que devolver dinero de las subvenciones. Gran parte de esa revocación se debe a una gestión interna de la Fundación poco rigurosa desde el punto de vista administrativo y también a un desorden contable importante. Tenemos que devolver dinero al Principado de Asturias por una inadecuada justificación de las ayudas concedidas; por ejemplo, gastos de un año que se contabilizan en otro, o porque no se cumplen los requisitos legales de petición de tres ofertas para aquellos contratos de más de 12.000 euros», argumentó.

La palabra decepción fue la más repetida ayer por Pilar Varela, que en el último año manifestó su confianza de forma reiterada en Natalio Grueso y su equipo. «La confianza que todos los patronos depositamos en los gestores no ha sido correspondida. Siempre he depositado mi confianza en las personas que me rodean (...)», apuntó. E insistió en que de las cuentas del Niemeyer, sabía lo que le trasladaban los ex gestores: «Mi responsabilidad como patrona es igual, ni más ni menos, que la del resto de los patronos. Yo conozco las cuentas que se me formulan y puedo aprobarlas o no, pero siempre lo he hecho y lo haré a propuesta de otros». En este sentido, destacó su experiencia en este tipo de asuntos («formulo las cuentas en Aguas de Avilés, en Ruasa, en La Curtidora»), y apostilló: «Yo soy patrona, pero no formulo las cuentas, en la Fundación Príncipe de Asturias. No tengo, ni he tenido, ni espero tener ningún poder sobre la gestión diaria y cotidiana del Centro».

Varela, que cifró en 1,8 millones las aportaciones municipales a la actividad del Centro (además de la inversión por valor de 2,8 millones en La Grapa) no pronunció el nombre de la Fundación Príncipe por casualidad. «¿Habéis conocido alguna Fundación que haya sido sometida a este escarnio? A mí no me tiene que justificar la Fundación Príncipe qué hace con la aportación del Ayuntamiento; es una aportación para que funcione. ¿Funciona la fundación? Sí. ¿Funcionaba esta fundación? Sí. Todo esto que ahora ha trascendido, ¿no habríamos hecho mejor si lo hubiésemos conocido con normalidad en un patronato en septiembre de 2011?».

Y es que la Alcaldesa volvió a referirse a la batalla política gestada durante el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos, una crisis a la que atribuye parte de la deuda que arrastra la Fundación del Niemeyer, en concreto la referida a los 993.000 euros de déficit de 2011. «En parte de ese déficit tiene una gran responsabilidad el Gobierno anterior de Foro Asturias. El hecho de ver truncada la cesión del Centro influyó negativamente en la posibilidad de incorporar nuevos patrocinios, seguir desarrollando actividades, en el desprestigio tanto a la programación como a los gestores? Para ser justos, hay que decir también que gran parte del déficit es responsabilidad del gobierno de Foro Asturias», insistió Varela.

La alcaldesa lamentó que el anterior consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure (Foro), no actuase como su sucesora, la socialista Ana González. «¿Cuánto descrédito nos hubiésemos ahorrado? ¿Y cuánto habríamos evitado si hubiésemos conocido previamente la situación de la Fundación?», planteó. Y tras la decepción y los lamentos, tocó hablar del presente y el futuro, del pago de las deudas pendientes y del camino que seguirá a partir de ahora la entidad. «Mañana (por hoy) aprobaré las cuentas en el seno del patronato y trabajaré también en la aprobación de un plan de viabilidad que asegure el futuro del Centro Niemeyer en Avilés con una programación que sea capaz de despertar el interés de todas las personas que disfrutan con la creación cultural. Seguiremos trabajando para que el Centro Niemeyer sea un referente de excelencia cultural. A este objetivo llevo dedicándome intensamente los últimos siete años, desde que conocimos la firme decisión del Gobierno de Asturias de construir en la ría de Avilés este equipamiento cultural. Me alegra y me da confianza la firme convicción del Gobierno de Asturias y del resto de los patronos por seguir avanzando en este objetivo», planteó.

Entre los principales retos de la entidad, aseguró, se encuentra llevar a buen puerto el concurso de acreedores y pagar la deuda con los acreedores y proveedores (1,6 millones), además de relanzar la actividad del complejo cultural: «Lo que no puede ser es que haya personas y empresas a las que les estemos debiendo dinero. Lo primero que tenemos que hacer es pagar a quien se le debe», apuntó.

Y en segundo plano dejó la exigencia de responsabilidades por el «desorden contable» que venía arrastrando la entidad. Igual que la consejera de Cultura, Ana González, Varela incidió en que antes de emprender cualquier tipo de acción hay que conocer las explicaciones del ex director de la Fundación, Natalio Grueso, del ex secretario, José Luis Rebollo, y de algunos proveedores. Cada cosa a su tiempo, vino a decir. «Hay que analizar, con serenidad cada una de las posibles responsabilidades para ver si hay que exigirlas y a quién. Lo decidirá el patronato».